sábado, 31 de marzo de 2012

La fuerza de lo irracional

El diccionario de la RAE define como irracional lo “que carece de razón”. Igualmente si buscamos en el mismo la definición de razón, nos encontraremos como su primera acepción “la facultad de discurrir” y ya puestos a seguir indagando si queremos conocer el significado del verbo discurrir, la misma RAE lo simplifica con una expresión tan sencilla como: “Inventar algo”. Luego si recorremos el camino a la inversa quedará bien claro que la incapacidad para inventar cosas o la carencia de ideas para crearlas llevará a la confusión, a la ofuscación y de ahí a la más cruda irracionalidad.

Pues eso es lo que parece que le ocurre no ya solo a este gobierno de Mariano Rajoy –absolutamente legitimado para llevar a millones de españoles a la ruina, al menos eso dicen sus correligionarios de las virtudes de nuestra democracia-, sino que ya le ocurrió al anterior de ZP y proclama cada día sin el más mínimo pudor nuestro sin par chemari Aznar por todos los foros en los que le viene en gana y como le viene ocurriendo también a sus convecinos europeos, desde hace ya casi dos décadas, entusiasmados con hundir en la miseria a la clase trabajadora del continente en beneficio de unos cuantos auto-instalados en la cima del poder más absoluto. Lo que recuerda a aquella pirámide social anterior a la Revolución Francesa de 1789 que estudiábamos en el instituto –al menos así era en la agonía del franquismo, cuando andaba uno inmerso en esas lides-, y que bien podríamos reproducir hoy tal con esta imagen que hemos descubierto en la red de redes y que parece venir de perlas a este artículo.

Eso sí, ahora con más ahínco que nunca desde que en 2007 las subprime descubrieran sus miserias consecuencia de la, casi con toda probabilidad, mayor burbuja financiera e inmobiliaria de la historia moderna, nuestros atareados ministros y ministrables de la UE y toda su corte de siglas y cédulas que a fuerza de digerirlas se nos han hecho tan familiares como el café mañanero, Ecofin, BCE, “La Comisión” o “El Consejo Europeo”, andan empeñados en no sabemos qué plan después de mil y una reuniones que solo han servido para saber cuándo celebrarán la próxima y, de paso, mandar a una vida miserable a centenares de miles de familias, a lo largo y ancho del continente, para que nadie se dé por excluido.

Así que, por escandalosas que puedan serlo, poco o nada podemos sorprendernos de las medidas que ayer ha presentado este nuevo esperpento de gobierno que, con tanta facilidad –como le ocurre a la mayoría de los políticos, por lo que habrá que empezar a pensar en algún problema genético-, “donde dijo digo dice ahora diego” al cabo solo de unos meses y con una frialdad tan asombrosa. Lo que anteayer le parecía canallesco ahora le parece imprescindible, dentro de una economía de guerra, claro.

Si al menos nos dijeran de que guerra se trata y quiénes son sus protagonistas, puede que nos quedáramos más tranquilos, porque por el momento a los únicos que vemos enfrente nuestra y con los que no tenemos ningún interés en hacer amigos son a toda una pandilla de indeseables que desde la cúpula del poder quieren adueñarse de nuestras vidas para después tirar nuestros cuerpos al pozo de la esclavitud y la miseria.

7 comentarios:

  1. La guerra es contra la población; técnicamente, se trata de una encomiable táctica de asedio que fuerza a las familias a responder con defensas numantinas. Con las líneas de suministro cortadas y los líderes de esas familias jurando lealtad al sector financiero -y a algún pájaro más que todavía no hemos identificado-, la población se morirá de hambre, de sed y de puro cabreo. Luego los cuervos y los políticos, con sus impolutos esmóquines, celebrarán un carnaval por todo lo alto y lanzarán vítores henchidos de gozo. Un campo de osamentas yacerá a sus espaldas, una carretera de esqueletos delante de sus narices. Y al final, un poco más allá del horizonte, la señal de carretera cortada.

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  2. Esto va demasiado rápido, y desde Bruselas quieren acelerar aún más el proceso. Nos están privando de nuestros derechos y libertades básicas. Cabe esperar que después de esto la emprenderán contra la libertad de expresión y nos meteremos de lleno en un sistema totalitario, al cual seguirán llamando, con todo el descaro del mundo, democracia. Yo propongo otros nombres: patidifusocracia, camelocracia, timocracia, monopolocracia, mercadocracia, merkesarcocracia, ilusocracia, consumocracia, caocracia, petroleocracia, cualquier nombre conviene mejor que este que se aplica ahor de democracia, ¿dónde pinta el pueblo en la toma de decisiones que conciernen a su propio gobierno y a su propio futuro? Todo es ilusión, como diría Calderón de la Barca. Y más que ilusión, engaño puro y duro.

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  3. Estoy de acuerdo con vosotros, pero, sinceramente, ¿pensáis que sólo nos queda lamentarnos mientras nos pisotean. ¿Dónde nuestra dignidad? ¿Dónde nuestra inteligencia y sabiduría? ¿Dónde nuestro altruismo? ¿Dónde nuestra empatía? ... Demasiadas preguntas.

    Un saludo

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  4. No, no se trata solo de lamentarnos, por supuesto que no. Yo mismo he participado en cuantas manifestaciones he podido acerca de todo esto. Y creo que solamente la calle puede torpedear este sistema. pero creo también que la labor que hacemos todos, desde nuestros blogs y probablemente en el día a día en nuestro trabajo, cuando estamos con los amigos etc. intentando hacer saber a la gente la realidad de lo que pasa es igualmente importante.

    Qué es dificil, claro que es dificil. Roma no se hizo en un día y además tenemos en contra toda una poderosísima industria mediática que se pasa el día machacando con ese maldito pensamiento único -no se puede hacer otra cosa, esto es lo que hay, la culpa es de todos, no se puede gastar lo que no se tiene, la corrupción, el despilfarro-, es decir toda una serie de medias mentiras o medias verdades que, habilmente manipuladas se están convirtiendo en el santa santorum de muchos. O lo que es lo mismo, a fuerza de repetir la misma mentira tanto el que la repite como el que la escucha acaban creyendosela.

    Seguro que, si le preguntáis a muchos de vuestros conocidos os diran que la crisis es culpa de Zapatero, de la corrupción o del despilfarro y para eso estamos nosotros, para decirles que eso son problemas paralelos a la crisis pero la crisis es un problema mucho más alla de todo eso, es un problema de un modelo de sociedad acabado, finiquitado y que de no poner remedio, acabará con la libertad y la democracia.

    Y ahí es donde estamos nosotros. Y ahí es donde está la empírica y la frialdad de los datos. Esa es nuestra obligación y nuestro trabajo. Nuestra aportación por el bien de todos.

    De nuevo un saludo a todos y gracias por vuestros enriquecedores comentarios. Y Juliana, que ya lo se, que es dificil, probablemente será, si cabe, dificilísimo pero tenemos que seguir ahí. Al menos que, si nos acaban vistiendo a todos igual y las mujeres marchando por una acera y los hombres por otra no nos quede el remordimiento de no haber luchado por nuestra dignidad.

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  5. Los gobiernos del mundo son meros lacayos que obedecen y cunplen con su ama la deuda
    para ello hay que pisar al pueblo y exprimirlo mas.
    Total solo somos cifras transformadas en cantidades de dinero.
    Nada va a cambiar sino comenzamos por cambiar cada uno de nosotros con nuestro consumo.
    Brillante articulo

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  6. Gracias Mar. Y tienes razón si no cambiamos nosotros, las personas en general, dificilmente vamos a poder hacer que todo este delirante modelo cambie. La sociedad se ha hecho, por lo genral egoista y cada vez más intransigente para todo y es ahí donde se aprovecha toda la fuerza del capital para manipularlo todo a su antojo. El éxito de la sociedad individual sobre la colectividad, donde los conceptos de solidaridad y bien común parecen perdidos a favor de ese mismo egoísmo y vanidad.

    Pero he dicho... "parece", y por eso tenemos que seguir trabajando.

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  7. gracias a tí, que cierto todo lo que expones.

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