viernes, 27 de julio de 2012

El fin de los días

Según dicen los estudiosos de la cultura maya, en Diciembre de este año se desencadenará el fin del mundo. La verdad es que no es fácil creer, a estas alturas, que se vaya a producir un apocalipsis de tal magnitud que acabe con la raza humana o a saber cuántas cosas más en poco más de unos meses pero lo que sí que parece más que evidente es que la desastrosa situación económica actual va a arrastrar tras de si toda una serie de desgracias para millones de familias en toda Europa, además de las que ya la están padeciendo ahora, especialmente en el sur del continente y en lo particular en los que nos toca a España.

Centrándonos en nuestro caso, el futuro que se nos presenta es incierto y lo que es peor aún en un plazo inmediato. Ya se rumorea que el rescate del país es inminente, lo que puede ser cuestión de semanas e incluso de solo unos días y que las reuniones que está manteniendo el Ministro de Economía con sus homólogos centroeuropeos van encaminadas a negociar las condiciones de dicho rescate. Se le ponen a uno los pelos de punta cuando se para a pensar, solo por un momento, que si por 65.000 millones de euros, el gobierno Rajoy ha pegado el mayor hachazo al Estado del Bienestar de la democracia española qué no ocurrirá cuando estemos hablando de 300.000 o 400.000 millones que, según parece es por donde habrá de ir la cosa. El precedente de Grecia es una referencia: hachazo a las pensiones, hachazo a los salarios de los funcionarios, hachazo a los servicios públicos, más subidas de impuestos... En definitiva, retroceder varias décadas atrás en el tiempo y con un futuro aterrador para, cuanto menos, una década.

Una vez más ¡¡inexplicable!! Ya no solo es el tema de conversación de las tertulias mañaneras del café, es el tema de todas las conversaciones a lo largo del todo día. Nadie o al menos la inmensa mayoría de los españoles –las encuestas así lo respaldan-, cree posible que sumiendo a todo un país, especialmente a la clase trabajadora, autónomos y pequeños empresarios en la ruina, es posible favorecer, no ya el crecimiento, sino una mínima recuperación económica sostenible. Solo, lo que va a suponer para el comercio o la hostelería retirar la paga extraordinaria de Navidad a los más de dos millones de empleados públicos que existen en España, puede representar un varapalo de consecuencias inimaginables para el conjunto de la economía española. Peor aún en un país con precios “europeos” pero con unos salarios mucho más bajos que el de sus vecinos del norte. Al menos en lo que toca a la gran masa salarial española que no a los ejecutivos de las grandes compañías que, en su caso, sí están a la altura de sus homólogos comunitarios, y sobre todo si hablamos de nuestros queridos banqueros.

Y en medio de todo este caos, cuando “el índice de miseria” en España es el mayor de la Europa comunitaria, nuestro flamante presidente del gobierno, Mariano Rajoy, después de lograr en las últimas elecciones la mayoría absoluta más aplastante de la historia de la democracia, apenas si se le ve, apenas si se le oye o, si acaso, se le ve salir por alguna salida trasera del Congreso de manera patética. Hasta los corresponsales de la prensa extranjera andan mosca con el mismo por su falta de fluidez para con los medios internacionales lo que les impide realizar correctamente su trabajo y lo que es peor, transmitir de primera mano a sus respectivos países las impresiones del máximo responsable del gobierno de España. Una actitud para los mismos que, como es obvio, está creando aun mayor desconfianza en la escena internacional.

La mayoría absoluta no da derecho de pernada y eso no parece haberlo entendido bien ni el gobierno ni su presidente. No se pueden realizar toda esa clase de desplantes a las que nos tiene acostumbrados los ministros y peor, mucho peor aún, la actitud del Sr. Rajoy en esa especie de menosprecio continuo a la opinión pública, en definitiva hacia su propio pueblo. Al margen de que haya mentido descaradamente a los españoles durante la campaña electoral y lo que es más recalcitrante aún siga echándosele la culpa de los males de este país al anterior ejecutivo desde las filas de su partido –aún tratándose de un pésimo gestor el presidente Zapatero, quien sabe si acabará valiéndole el dicho del “ya vendrá quien bueno me hará”-, cuando hace poco más de un año era el propio Rajoy quien se refería a Murcia y Valencia “como un ejemplo a seguir”, cuando realmente lo que estaban eran en la bancarrota tras más de una década de gobierno popular y tanto es así que son las primeras que han solicitado un rescate al estado para poder pagar sus deudas.

Esta manera de confundir continuamente al pueblo con idéntica retahíla, por lo general de la clase política dominante independientemente de quien se trate, ha puesto en jaque a una gran parte de la población desconocedora e inconsciente de que cada vez que el capitalismo se ha llevado a sus límites más extremos, ha tenido consecuencias dramáticas para una gran parte de la misma. Es un error mayúsculo que se ha puesto en evidencia una y otra vez del mismo modo que está ocurriendo ahora que dejar al libre albedrío, al supuesto orden natural de las cosas, las actividades humanas en estos campos han acabado devengando en la avaricia y la codicia elevadas al infinito. Por ello creer que, con el saneamiento pleno del sistema financiero, a costa de los sacrificios de la mayor parte de la ciudadanía, en especial de sus clases medias y trabajadoras, y que a partir de ahí, de forma espontanea, se crearan puestos de trabajo y salarios justos para todos, es una frivolidad que solo acabará trayendo cada vez más miseria y desgracias para al grueso de la misma.

Existen y han existido otras alternativas dentro de los cauces de la democracia y la libertad de mercado. La historia y las rotundas afirmaciones de numerosas personalidades al respecto así lo avalan. Quizá vaya siendo hora ya de un más que necesario puñetazo en la mesa, por parte del pueblo, para desenmascarar toda esta gigantesca falacia que está poniendo al borde de la muerte todo un modo de vida que tanto costó lograr.

5 comentarios:

  1. Según se ve en la foto, esos son los verdaderos hombres de negro, los que han secuestro España. O peor aún, la han vendido al mejor postor. Por culpa de esta gente, los españoles nos hemos convertido en unos parias, calderilla para los ricos (y putos) banqueros.

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  2. Y es cierto Lorenzo, somos "calderilla" no ya para los ricos, si no para los "mega-ricos". Es imposible comprender, por métodos racionales, como estas personas pueden servir de esa manera a ese todo enjambre de gente sin escrúpulos para llevarse por delante países enteros y no mirar, no solo por el bien, si no también praa evitar el sufrimiento de su pueblo.

    Un saludo.

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  3. Muy buena entrada, con la que no podría estar más de acuerdo. Este dislate llamado sistema capitalista -desbocado- nos está arrastrando hoy, no en un futuro lejano. Personas que viven en la riqueza mercadean con la existencia de sus semejantes, y demuestran que la guerra de clases nunca, nunca jamás, se detendrá. Hay ciudadanos de primera, de segunda, de tercera y así hasta el final.

    El puñetazo en la mesa es necesario, y debería producirse pronto. ¿Que podría ser peor? Pues no lo sé y tampoco me preocupa; con tal de cambiar lo que hay y pasar a otra historia me doy por satisfecho. Luego ya arreglaremos lo que toque sobre la marcha, bajo el yugo de otra clase, bajo las mentiras de otro credo.

    El eterno ciclo de la supervivencia.

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  4. Fijaos es tan Grave el asunto que la poblacion se ha quedado inmóvil. Rajoy nos ha vendido por que cree que la rueda no puede parar de girar y han de seguir derrochando el dinero del pueblo. Los antisistema son ellos los que gobiernan.

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  5. Gracias por vuestros comentarios.

    Supongo que, después del verano, las manifestaciones inundarán las calles. No le daba al gobierno Rajoy más allá de un año o año y medio, pero ahora no creo que termine ni siquiera este. Está el problema que Rajoy es de la misma cuerda que Bruselas y Berlín y podría llevar a sucumbir a su propio pueblo pero ni siquiera creo que le de tiempo ya que España acabará "de derecho" intervenida y no de hecho como lo está ahora.

    Saludos

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