miércoles, 2 de enero de 2013

2013

Llegó 2013 y con nuestros mejores deseos, aunque a tenor de lo que vemos, de lo que nos dicen y de lo que resulta fácil intuir tendremos más de lo mismo y, lo que es peor, a consecuencia de esto más dolor y más situaciones dramáticas para muchos.

Pronto hará 6 años desde que algún avaricioso inversor, en alguna parte del mundo, desconfiando de tanta vorágine decidió convertir sus títulos en efectivo y se llevó la sorpresa de que tal dinero no existía, todo se había consumado en base a valores especulativos y no había respaldo real de dichas operaciones. Como él otros tantos y así ese diabólico castillo de naipes que se había levantado a lo largo de una década se desmoronaba dando lugar, primero a una crisis económica de dimensiones aún por determinar y, de paso, a una crisis sistémica sin precedentes desde los albores de la 2ª. Guerra Mundial.

La arrogancia de la doctrina liberal, ensimismada en la confianza que la desregulación, liberalización y desinhibición del aparato del estado en todo lo relativo a las finanzas, la industria y el comercio daría paso a esa tan cacareada “competitividad” que abarataría los precios promoviendo el consumo y lanzando la economía a esa carrera de fondo en lo que se ha dado llamar “el crecimiento perpetuo”, ha acabado provocando el efecto contrario, consecuencia de un sin fin de burbujas financieras, que tras el estallido de sus inseparables ampollas inmobiliarias, han traído la coyuntura actual. Todo ello a pesar de la evidencia de acontecimientos pasados, una historia que no ha dejado de repetirse cada vez que la economía real ha sido sustituida por la economía especulativa, fruto de la avaricia y la codicia humana.

Han pasado casi 6 años y ese mismo carácter arrogante de los inspiradores de tal desatino se ha adueñado de los recursos de la sociedad maniatando a una deficiente clase política hasta tal extremo que le ha hecho perder su sino como representante del pueblo que un día decidió auparla a dirigir su destino. Una diagnosis equivocada y en consecuencia un tratamiento defectuoso que no vienen haciendo más que un daño, cada día mayor, a millones de inocentes en todo el mundo desarrollado. Cierto de lo presuntuosa que puede llegar a ser la fe cuando se hace ciega, pero ante tamaño despropósito y visto además el abismo entre el grado de castigo para los que se enriquecieron y provocaron la crisis y los que se han arruinado y sufren sus secuelas -impunidad para los primeros y pobreza y miseria para los segundos-, un mar de dudas alrededor de cuanto está pasando se extiende cada vez más entre la maltrecha ciudadanía.

Las respuestas a la crisis de las autoridades -tanto europeas en general como españolas en particular-, desde su inicio y que la clamorosa evidencia de los resultados corrobora, han tenido y siguen teniendo fatídicos efectos para un pueblo cada vez más acogotado. Tanto, que la idea de que la crisis se ha convertido en un pretexto para modificar todas las estructuras de la sociedad para promover un cambio radical en el modus vivendi de la misma va cobrando cada vez más fuerza entre los que creen que lo que estamos presenciando es el camino a la desaparición del Estado del Bienestar, la libertad y la democracia.

Esperemos que, en este nuevo año que ahora empieza, el pueblo tome definitiva conciencia de todo esto y que ponga todo su ahínco en que los logros conseguidos tras años de ilusiones y esfuerzo, por el bien común de los ciudadanos, no acaben en saco roto y el egoísmo de unos pocos nos devuelva a tiempos remotos.

Por eso y por el bien de todos. Feliz 2013.




10 comentarios:

  1. 2013 será más de lo mismo, hasta que la situación sea totalmente insostenible. Pero el nivel de concienciación popular aumenta. Se están descubriendo cosas ignoradas hasta entonces. Por ejemplo, te invito a leer 'el cacao de Costa de Marfil', del blog Consume hasta Morir, un enlace de mi blog. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Feliz Año Lorenzo (a pesar de todo)

      Acabo de leer lo de Costa de Marfil. Ya conocía casos como este y realmente son espeluznantes. Como bien dices la población es cada vez más consciente de estas cosas y espero, que en la medida de lo posible, sigamos ayudando a esto a traves de nuestros blogs.

      Una de las cosas que más deseo es que la genta adquiera el grado suficiente de conocimiento para darse cuenta que estas cosas y que esta puñetera crisis no es más que un fraude más consecuencia de una avaricia sin límites por parte de los que más tienen, dispuestos a cualquier cosa para llenarse los bolsillos, aunque ni siquiera tengan donde planeta suficiente donde gastarlo.

      Un saludo y lo dicho, a pesar de todo que tengas un Feliz Año y que sigamos compartiendo estos espacios para alzar nuestra voz.

      Eliminar
  2. Estoy de acuerdo con Lorenzo, no preveo ninguna mejoría a corto plazo. Es más, el sentido común me indica que lo más probable es que todo vaya un poco peor en 2013, si bien la necesidad de cambio es imperiosa y debería ser inminente. Veremos a ver, yo esperanzas ninguna, aunque eso no me impide ser relativamente feliz con mi propia visión del mundo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por desgracia Oscar parece ser así ya que no hay ningún criterio objetivo para pensar que puede haber algún cambio positivo.

      En fin. Veremos.

      Un saludo y Feliz Año.

      Eliminar
  3. Acabo de enterarme que el año 2013 ha sido declarado, por la Comisión Europea, "Año de los ciudadanos". No sé el porqué de esa decisión, aunque un poco lo intuyo.Sean cual sean las razones, los ciudadanos deberíamos tomarlo en serio y hacer 2013 el "año de los ciudadanos".
    Si lo pensamos despacio, los gobiernos y los mercados dependen de nosotros y no a la inversa como está sucediendo: para empezar dejamos de consumir, al mismo tiempo que protestamos, nos manifestamos, desobedecemos, creamos nuestras propias instituciones democráticas, etc. etc. Es cuestión de imaginación y voluntad.
    He fantaseado un poco, pero...solo un poco. Al fin y al cabo, los gobiernos y los mercados, tal como son ahora, son algo muy reciente.

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es nuestro deber y nuestra imperiosa obligación, al menos, intentarlo. Y lo de declarar este año el de los ciudadanos, a la vista, de como se han venido desarrollando los acontecimientos en los últimos años y el proceder de la clase política, probablemente no se trate más que de una nueva campaña de "marketing político".

      Un saludo y Feliz Año Juliana.

      Eliminar
  4. Lo del 'año de los ciudadanos' suena a cinismo puro. Precisamente, la Comisión Europea se dedica a machacar a los ciudadanos, con el apoyo de banqueros y gobiernos. Solo espero y deseo la caída de este régimen mercantilista, nefasto se mire por donde se mire.

    ResponderEliminar
  5. mis queridos amigos deseo lo mismo que felipe y cuánta razón y sentido común teneis....
    me ha encantado especialmente este post, lo digo como todo desde el corazón.
    por cierto, jo tiene razón...las palabras se las lleva el viento, necesitamos actos, actuar con buenas acciones para que se produzca el cambio por contagio, el efecto dominó....ya sabeis uno actúa y los demás copian. POr ello es importante que organizaciones tan relevantes actuen ya de una vez y no sólo con bonitas palabras....
    feluz año a todos!!! ojalá el mundo pendase como vosotros!!!

    pruduzca

    ResponderEliminar
  6. Un saludo a ti Mar, Felicidades y Gracias por seguir ahí.

    ResponderEliminar