viernes, 7 de junio de 2013

Ilusiones y desvelos.

Acabo de aterrizar en Londres y escribo estas líneas desde una de las enormes salas de espera del aeropuerto de Heathrow. Mi mujer y yo hemos llegado desde la magnífica ciudad de Vancouver, allá de las frías playas del Pacífico canadiense, aunque con un amargo sabor de boca ya que es el lejano destino donde nuestro hijo, después de terminar su carrera, decidió marchar para intentar abrirse camino. Poco menos que lo han obligado a irse, como a tantos otros, de esta España nuestra a la que entre unos cuantos, los de antes, los de antes de aquellos hasta que tengo memoria y los de ahora parecen decididos abocar a la miseria a muchos, si cabe a la mayoría, en beneficio de la opulencia de unos pocos.

No es para menos desparramar tal tristeza cuando, para colmo de males, al encender el teléfono tras tomar tierra, lo primero que te encuentras es un mensaje de un amigo que nos anuncia que ha vuelto a engrosar esa maldita lista del desempleo. Por cierto, también titulado él como no habría ser para menos.

Estas son las noticias con las que abandonamos el país hace quince días y con las que, de uno u otro modo, nos volvemos a encontrar de lleno cuando andamos nuevamente cerca. Las mismas que no hemos podido dejar de atender y que nos llegaban a tan lejanas tierras gracias a toda esta amalgama de logros tecnológicos que nos rodean y nos hacen la vida mejor por un lado mientras por otra también nos peocupan ante esa sensación de estar permanentemente observados. Y es que no deja uno de escandalizarse cuando ve como se hace tanta apología de la miseria, como se manipulan de forma interesada los datos -las cifras del paro-, o como personajes con sueldos millonarios proclaman un nuevo salario por debajo del mínimo normalizado.

Es como si solo se tuviera en cuenta, en la fría estadística, como escatimar los porcentajes al margen de la realidad y de la vida de las personas. ¿Qué es entonces un puesto de trabajo? Hasta ahora, entendíamos como tal, aquella actividad debidamente remunerada que permitiera unas condiciones mínimas de calidad de vida. Pero a la vista de los hechos y lo que es peor, los deseos y las continuas declaraciones esgrimidas por los supuestos representantes de la oligarquía pública de este país, un puesto de trabajo ha quedado solo en eso, un porcentaje expresado en una gráfica de datos por inhumana e incivilizada que pueda parecer esta.

Veía hace solo unos días, en un programa de televisión, como un ex-consejero de la Comunidad de Madrid -100.000 € anuales de sueldo declarado-, afirmaba con insolente prestancia que “mejor trabajo a cualquier precio que desempleado”. E incluso se atrevía a proponer que “si el interesado lo acepta”... Solo le quedó afirmar que ante la tesitura de comer de la basura mejor optar a un “puesto de trabajo” aun sea en un edificio cochambroso donde a costa de arriesgar la vida se satisfagan las razones, en aras de su maldita competitividad, de los grandes empleadores aun con tan dramáticos resultados como los de hace apenas unas semanas en Bangladesh.

En otro tiempo no muy lejano, tendríamos que pellizcarnos ante tamaños desatinos, hoy sin embargo no se trata más que de una nueva vuelta de tuerca de esta crisis que está sirviendo de excusa de unos para desbaratar las ilusiones y los anhelos de la mayoría.

Atentos.


4 comentarios:

  1. Negro mundo el que nos han preparado; creo que cuando volvamos a la normalidad será porque la esclavitud estará de vuelta entre nosotros como práctica corriente.

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  2. Yo lo tengo claro, en el momento en el que trabajar no sea recompensando con un sueldo digno, lo dejo inmediatamente. Y si por avatares del destino acabo en la miseria, sin nada que comer, pondré fin al absurdo. La toma de la Bastilla asoma ya la nariz por el horizonte; estos personajes no pueden pretender que nos quedemos quietos al decir y hacer cosas tan ilógicas. Y bien cierto es que merecen toda una patada en la entrepierna.

    Un saludo.

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  3. todo era pre-cocinado y listo para llevar!!! ya tenemos lo mismo que todos los demás países, contaminación, pobreza, desajuste, desequilibrio y bancarota!!! mentiras sobre mentiras, la verdad al fondo, todos la vemos pero nadie lucha por que nos gobierne ella...Somos Africa!

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  4. Como decía en mi respuesta a vuestro comentarios del artículo inmediatamente anterior a este, es una alegría encontraros aquí de nuevo.

    Muchas gracias a todos por seguir ahí y, por cierto, esto del "jet lag" es un auténtico coñazo. Cuando ya iba empezado a dormir "de tirón" allí... ahora vuelta a empezar.

    Un saludo a todos.

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