jueves, 25 de julio de 2013

Comparecencias

Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del principal partido de la oposición parecía decidido a solicitar una moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy aún con la entera seguridad, dada la mayoría absoluta del Partido Popular, de que no conseguiría ganarla. El motivo no era otro que forzar la comparecencia del presidente del gobierno en el Congreso de los Diputados, ya que esta es la única manera posible de hacerlo al bloquear su partido todas las iniciativas posibles al respecto –aunque parece que ni aun así existen garantías suficiente de ello-. La causa: la persistente negativa del presidente a hacer frente en la Cámara –el mayor órgano de representación de la nación-, a las acusaciones vertidas y las presuntas evidencias de financiación irregular de su partido a cambio de magnificas prebendas para grandes empresas interesadas en ejecuciones públicas y, de paso, para los principales espadas del mismo. Y todo ello en un maremágnum de cifras multimillonarias.

Hasta de loable podría tacharse la iniciativa si no viniera, precisamente, de un político acabado como lo es A. P. Rubalcaba, como lo demuestran todas las encuestas y los resultados de las últimas elecciones generales. En cualquier caso por fin parece que ante tal coyuntura, el vergonzoso espectáculo que está dando el gobierno con su presidente a la cabeza rayano al surrealismo  y la presión popular ante la multitud de evidencias que ponen en entredicho toda su trayectoria política y la de la cúpula de su partido en los último 20 años tras la acusaciones de, nada menos, la persona de su máxima confianza que controló las cuentas del Partido Popular durante todo ese tiempo, Luis Bárcenas, Mariano Rajoy ha decidido comparecer  de motu proprio en el Congreso.

Sin embargo, habrá que andarse con cautela a la vista de la solicitud formulada por el Presidente a tal efecto, ya que en esta lo único a lo que alude para dicha comparecencia es a “la situación económica y política del país”-será causalidad, encima, para un día tan señalado como el 1 de Agosto-, por lo que todavía no sabemos muy bien si escurrirá una vez más el bulto o sí se tocará este solo de soslayo. En cualquier caso y por mucho que se pretenda escurrir, entre mentiras y medias verdades –con despidos e indemnizaciones en diferido incluidas-, ha quedado meridianamente claro que el ahora cuestionado Sr. Bárcenas ha sido protegido y amparado hasta hace cuatro teldiarios por su propio partido, mucho más allá de lo que siempre habían dicho los responsables del mismo y el propio presidente del ejecutivo.

En cualquier país democrático que se precie y solo por esto último, tanto el presidente del gobierno como la cúpula del partido que lo sustenta en el mismo, se verían obligados a presentar en la mayoría de los casos, su inmediata renuncia a todos los cargos que ocupan. Pero esto último ya sabemos que en España no parece ser más que motivo de mofa por parte de eso que, tan justificadamente, se le denomina “casta política” que no solo es que lo parezca si no que es obvio que vive como flotando en su particular y cada vez más nutrida nube y completamente alejada del mundo real.

¿Qué podemos esperar entonces de dicha comparecencia? Evidentemente nada. Mariano Rajoy no va revelar como el Partido Popular, presuntamente, en una “presunta” práctica habitual de los principales partidos, se ha financiado de forma fraudulenta mediante las dádivas de importantes empresarios en busca de prebendas por parte del gobierno de turno. Que, en el caso del PP por tratarse este de un partido conservador y neoliberal -aunque la prevaricación no conozca colores-,  por lo general con este tipo de empresarios presenta mayor afinidad que con el resto de formaciones políticas  y en consecuencia dichas dádivas han alcanzado cotas desorbitadas. Que Luis Bárcenas, durante todos esos años fue el guardián y custodio de las mismas, por lo que, en toda lógica percibió sus debidos emolumentos haciendo participes de los mismos a buena parte de la cúpula del partido, a través de los consabidos sobresueldos a modo de chantaje y como forma de cubrirse las espaldas, llegado el caso, si se viera desamparado por el mismo como de hecho ha ocurrido ahora.

Evidentemente el presidente del gobierno nunca, en ningún caso, se manifestaría de tal modo en el parlamento de la nación. En su lugar el Sr. Presidente, a buen seguro, afirmará que desconocía las actividades que, a sus espaldas –ya tendrían que ser anchas estas para no percibirse nadie de ello-, desarrollaba el tesorero y gerente de su partido. Que desconoce igualmente de donde habrá sacado su inmensa fortuna y que, si en un primer momento lo defendió, ahora se ha visto traicionado por el mismo ante las nuevas evidencias aportadas. Y para qué decir de la transparencia de la contabilidad oficial del Partido Popular, como si ahora la contabilidad B se justificara o se haya hecho alguna vez ante cualquier agencia tributaria.

El problema surge ahora, cuando vemos como el estado de derecho parece no tener medios y de disponer de ellos hace caso omiso de los mismos, cuando llegados a este extremo, con un país que se desmorona, con más de seis millones de parados, con una precariedad salarial y laboral galopante, una degradación apabullante de los servicios públicos, a recaudo de un conjunto indeseable de empresas e intereses foráneos que son presa de una avaricia y codicia sin límites y donde no puede tener cabida otra cosa que un futuro más que incierto, tenemos un gobierno, un partido que lo sustenta con una mayoría absoluta aplastante –fruto en las urnas del desaguisado del gobierno anterior y una extraordinaria manipulación mediática en pos de ello- sin ninguna credibilidad y una oposición política donde sus incapacidades –y demás corruptelas-, se sobrescriben en la mayor parte de los grupos que forman el arco parlamentario de la nación, todo el país parece derrumbarse y nada ni nadie con la responsabilidad suficiente hace nada por evitarlo.

Peor aún cuando de antemano a la citada comparecencia todos sabemos ya el resultado de la misma. Todo un auténtico vertedero de acusaciones y miserias de una y otra parte para acabar una vez más en nada y que todo siga igual. Por mucho que al día siguiente lo reivindiquen de forma torticera o deliberadamente manipulada en muchos medios de comunicación. Un envite con los mismos aciagos resultados de la multitud de “cumbres definitivas” que se han mantenido en el seno de la Unión Europea desde que se destapara la crisis en EE.UU. hace ya seis años. Y valga este apunte como prueba de la ineptitud no solo de nuestra citada “casta política” española de ahora y de entonces, sino de la que también presume de dirigir los diferentes gobiernos europeos.  

Entre medias un Pepiño Blanco que ni siquiera ha resultado procesado, un Jauma Matas que de 6 años en prisión pasa a solo 9 meses de cárcel con lo que no dará con sus posaderas en la misma y en el colmo de los dislates un Presidente del Tribunal Constitucional que se salta a la torera la Constitución que el mismo debe velar, accediendo al cargo con su carné de afiliado a un partido político.  Todo esto “presuntamente”, claro.

Y lo peor, lo peor de todo es que ya ni siquiera podemos decir aquello de… siempre nos quedará Berlusconi.


2 comentarios:

  1. Personalmente no espero nada de la comparecencia del 1 de agosto. Dirá lo de siempre. Es triste que las cosas sean así en un país democrático. Lo peor es que tampoco espero nada del resto de los partidos. Es desesperante, sobre todo cuando hay tantas personas que lo están pasando muy mal y cuando se ignora la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
    Un saludo. Lamento mis ausencias



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