sábado, 13 de julio de 2013

Y ahora… ¿qué?

En su último sondeo del mes de Junio, el CIS coloca como primer problema para los ciudadanos de este país el desempleo, como no podía ser de otra forma. Pero lo más significativo de esta encuesta es que ya los políticos y la política representan para esa misma ciudadanía el segundo problema más importante de España. Para Metroscopia, en su sondeo del mes de Mayo, el Partido Popular obtendría, porcentualmente, la mitad de los votos que obtuvo en las últimas elecciones generales, es decir el 22.5 %, frente al 44.6 % que tuvo entonces, mientras que el PSOE se mantendría en el 20.8 %, o lo que es lo mismo es incapaz de superar su paupérrimo techo electoral de las últimas elecciones. 

Podríamos seguir arrojando más datos a estos respectos pero la obviedad se hace incuestionable y no es otra que el pueblo, el verdadero adalid de la democracia, ni está con sus políticos ni aprueba de lejos la gestión de los mismos. Si bien podríamos achacar a la crisis económico-social que viene asolando de manera muy especial a las clases medias y bajas, desde que aflorará esta hace ya seis larguísimos años, la causa de estos terribles resultados, en el caso de España habría que añadir el devenir de lo que se ha venido en denominar “la casta política”, no solo por sus responsabilidades frente a la crisis si no al respecto de un numero interminable de casos de corrupción que ponen en entredicho la calidad de nuestro modelo democrático. Dándose además por consumada una expresa manipulación normativa y legislativa en beneficio de un sistema bipartidista diseñado para quedar al margen al resto de opciones políticas.

La crisis ha venido a destapar toda una serie de conductas de los principales partidos políticos, mayoritariamente entre los dos que se vienen alternando en las tareas de gobierno desde la consolidación de la democracia, PSOE y PP, además de en numerosas instituciones claves de este país hasta llegar a la propia Casa Real que están provocando auténtica repulsa en el grueso de la población. Sería innumerable la relación de todos estos casos pero, lo que vienen a demostrar hoy en día, más aun en las circunstancias actuales con sumarios tan tremendos como los de la Trama Gürtel, los ERE de Andalucía o el Caso Bárcenas y las despreciables reacciones de unos y otros para con la opinión pública –muy especialmente cuando se trata del partido de gobierno-, es que dichos partidos han venido edificando un sistema donde la democracia ha quedado secuestrada dentro de sus inmensos aparatos, ha quedado supeditada a sus intereses de partido y particulares de sus representantes, dejando de lado los intereses del pueblo y poniendo estos en manos de grandes corporaciones financieras e industriales para hacer y deshacer a su absoluto antojo.

Depositar una papeleta cada cuatro años en cualquier proceso electoral se ha convertido en el último reducto de democracia que parece haber quedado en este país aunque, en cualquier caso y ante las flagrantes evidencias de que los programas electorales no pasan de convertirse en papel mojado un solo minuto después de producirse su recuento, dicho voto acaba siendo considerado como un cheque en blanco para aquel que lo recibe.

Son de sobra conocidos casos en otros países de nuestro entorno donde un ministro ha dimitido por enmascarar una multa de tráfico, por utilizar influencias por enchufar a un amigo o por haber falseado su currículum escolar. En España tenemos al partido de gobierno envuelto en una trama multimillonaria de financiación ilegal, con dadivas que rayan hasta lo estrafalario y ante lo cual sus máximos dirigentes se pasan el día echando balones fuera –cuando se dignan a responder alguna pregunta sobre ello-, cayendo en continuas contradicciones y con el mismísimo presidente del gobierno escondiéndose, día sí y otro también, para evitar ser preguntado al respecto.

Por su parte, el principal partido de la oposición es vapuleado por la opinión pública ante otra trama multimillonaria por el caso de los ERE de Andalucía donde inmensas partidas de dinero fueron a parar a manos de destacados miembros del mismo mientras, en el mejor de los casos, sus principales responsables miraban hacia otro lado.

Pero al contrario de cómo ocurre en esas otras democracias aquí, que diría mi madre, no se va ni el tate!

Claro que no debería favorecer a la actual situación económica del país y con un futuro más que incierto, la dimisión en pleno del gobierno y la convocatoria de elecciones generales. Pero cuando este ha perdido la confianza del pueblo de forma tan mayoritaria y los escándalos que lo envuelven han alcanzado tales dimensiones que resultan absolutamente insoportables para el acontecer de la nación difícilmente puede caber otra salida. Las encuestas son absolutamente concluyentes: los ciudadanos de este país no confían en sus políticos y menos aún que vayan a sacar al mismo de esta tremenda crisis. Es más, si cabe todo lo contrario, una  buena parte creemos que la persistencia de esta casta en sus cargos solo está causando más y más daño a la nación.

Y ahora viene la gran pregunta ¿qué podría ocurrir después? Es obvio que debería abrirse un proceso rápido, en primer lugar de “obligatorias” primarias en todos aquellos partidos con aspiraciones de gobierno. Impedir por vía legal que todos aquellos políticos que estén inmersos en cualquier proceso judicial, en cualquiera de sus formas, puedan formar parte de candidatura alguna. Y con un mandato expreso para los nuevos gobernantes, modificar de inmediato la Constitución Española y dictar las leyes necesarias para impedir que pudieran darse situaciones como las que se están dando y que el pueblo pueda y deba de tener una sensible participación en la toma de decisiones trascendentales para su presente y futuro.

Y aguantar estoicamente el chaparrón de esas sanguijuelas a las que llaman mercados que por boca de la troika hacen del uso y abuso de los recursos del pueblo su merienda diaria.

En definitiva, cambiar de arriba abajo todo nuestro modelo electoral, legislativo y parlamentario donde la política de verdad, la POLÍTICA con mayúsculas, tuviera el sitio que le corresponde y por supuesto fuera de un sistema como el actual donde los partidos políticos han hecho del parlamento y de todo este país su cortijo.

¿Utopía o realidad? Será el pueblo el que habrá de tener la respuesta.

8 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Esa gentuza, hablo de los políticos, debe ir a la cárcel inmediatamente. Han vendido a su país a los mercaderes. Es un delito de lesa traición al país. Por menos, ya los hubieran fusilado en otro tiempo.

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    1. Sin duda, sin duda Lorenzo que, en otro tiempo, ya habrían pasado muchos de ellos por la fuerza de las armas.

      Afortunadamente esos tiempos pasaron pero, como por desgracia, suele ocurrir también se ha pasado de un extremo al otro donde, desde los que han provocado esta crisis como los que la continuan y dilatan intencionadamente y los que por error u omisión no son conscientes de los males que están causando al pueblo, se acabaran yendo, todos ellos, de rositas. A lo más sufriran algún castigo electoral pero de paso, se habrán llevado por delante la vida e ilusiones de millones de personas por delante.

      Un saludo.

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  2. Que esta casta infame de políticos corruptos tiene que pagar por sus crímenes contra la población es evidente, e imprescindible. La democracia, si quiere existir como tal, no puede erigirse sobre corruptelas, tratos de favor y, en general, intereses económicos. Lo primero es el pueblo y a él se deben, idealmente.

    No obstante, me reafirmo en mis ideas de que ellos bien saben lo que están haciendo, aunque aparentemente les perjudica. De ahí que, a buen seguro, planean algo de lo que los ciudadanos nada sabemos -ni intuimos-. Y ello me causa desconfianza, porque no sé por dónde nos quieren llevar ni si dentro de unos años la libertad será una leyenda propia de cuentos fantásticos.

    Buen artículo, como es costumbre. Un saludo.

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    1. Gracias Oscar

      Ese argumento, manido en muchos casos, de que tal modus operandi pudiera perjudicar a la larga a todos, incluyendo al gran capital causante de esta crisis, realmente no sirve más que para justificar las acciones del presente para un futuro incierto. Pero, por recurrir a una expersión popular, "la vela que va delante es la que alumbra", el egoismo y la avaricia no conoce de futuros próximos o lejanos sino casi,de manera exclusiva, solo ve y vive para el presente. Y la realidad es que este presente esta haciendo que la diferencia entre ricos y pobres se ha vuelto a ensanchar consecuencia del modelo económico existente, por lo que la cantidad de riqueza disponible, según muestran todos los indicadores mcacroeconómicos, se esta acumulando cada vez en mayor medida en unas pocas manos por lo que, sin duda, mientras la situación les favorezca no harán nada por permitir cambio alguno en el mismo.

      Con respecto al fin de la libertad y la democracia, es obvio que una cosa lleva a la otra y si el pueblo no es capaz de evitar que las decisiones improtantes se tomen en exclusvia desde los focos del poder de forma subjetiva e interesada y dicho poder cada vez se reparte entrre menos personas, al final la libertad y la democracia desapareceran, al mejos tal y como la deseamos. A los más dispondremos de una libertad "vigilada" como ya pronosticaron muchos autores hace una pila de años como consecuencia de la deficiente distribución de los beneficios de la revolución industrial y tecnológica.

      Un saludo y gracias por seguir ahí.

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    2. En mi opinión sucede lo siguiente: los banqueros y las multinacionales saben muy bien que el chollo se les acabará algún día (aunque solo sea por el agotamiento natural de los recursos y por el fin de la era del petróleo); entonces han decidido iniciar una contrarreloj: explotar el máximo en un mínimo de tiempo, porque el tiempo del saqueo tiene los días contados, no por los hombres, sino porque el propio planeta dirá basta. Y como esto es tan obvio y tienen, a la vez, una mentalidad tan depredadora, a la par que codiciosa, se han lanzado a fondo en la rapiña. Saquean países enteros, esclavizan a miles de millones de personas en el mundo, y se dan prisa, mucha prisa, pensando que después del petróleo ellos serán los dueños de todo lo que quede en pie, y harán con la humanidad lo que les dé la gana. Obviamente, cuando vengan mal dadas, montarán una guerra con el fin de exterminar a dos tercios de la población, porque eso es lo que les convendrá a ellos cuando la gente ya no pueda seguir consumiendo. No olvidemos que si hemos llegado a ser tantos en el planeta era solo porque eso era lo que le convenía a las multinacionales, por un lado tenían consumidores a manos llenas; por otro, esclavos en los países pobres para producir a un coste mínimo.

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    3. A la vista de lo que esta sucediendo y echando un repaso a como ha venido evolucionando el modelo económico en las dos últimas décadas, parece que lo que, con tanta claridad, desarrollas en tu comentario Lorenzo, resulta evidente.

      Y con respecto a un posible conflicto bélico en el futuro a costa de todo esto, no sería la primera vez y la historia esta llena de ejemplos en que los intereses económicos han sido arte y parte en muchos de los mismos. Por citar el primero que se me viene a la cabeza, en la actualidad la mayor aprte de historiadores concuerdan que el verdadero motivo de Las Cruzadas no fueron cuestiones religiosas que, a lo más, solo sirvieron de pretexto. Lo que se trataba de controlar era el tráfico de mercancias ente Asia y Europa, en un paso estratégico en el mundo como lo era en ese momento el Oriente Medio.

      Un saludo.

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  3. Por mi parte, hay que distinguir dos niveles, intimamente interrelacionados entre sí.
    Uno es el que hace referencia al nulo comportamiento democrático de nuestros representantes. Creo que ya conocéis mi punto de vista al respecto: gobierno por consenso, Sin embargo, reconozco que el cambio no es fácil. La primera dificultad se encuentra en los ciudadanos, acostumbrado a que todo se lo den hecho y protestar -sienpre no demasiado- a posteriori. Por ahora creo que la mejor opción es la que defiende el partido X o partido del futuro. Aconsejo informarse bien.
    Muy importante es el segundo nivel, representado por un sistema económico incompatible con la democracia, injusto (hasta llegar a ser inhumano) e insostenible, tanto desde el punto humano como medioambientalmente. Un sistema económico capaz de obligar a los gobiernos a cumplir sus directrices y convertir las democracias en plutocracias. Ese sistema ha establecido que el rescate a los bancos (debe quedar claro que el único culpable de la crisis es el sector financiero) corra a cargo de las clases bajas y media, y el que se va a adueñar de todas las empresas nacionales, incluidas la de salud. (Solo tendrán acceso a buenos servicios de salud los que tengan dinero, a pesar de que la salud es un derecho humano) No considero oportuno extenderme más, excepto decir que el sistema se está, descaradamente, aprovechando de la ignorancia de una parte importante de los ciudadanos, los que no hacen mucho que decían que a ellos no les interesaba la política.
    Un cariñoso saludo

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    1. Juliana, no tengo muy claro yo esto del Partido X. No me gusto la forma en que se rpesento ya que lo vi más rayano a un espectáculo televisivo que a un tema tan serio y en un momento tan complciado como este. No digo que no pueda estar con ello pero, por el momento, debo informarme más.

      Con respecto al resto de tu excelente comentario, poco más que añadir quizá solo, lo que ya hemos comentado en otras ocasiones, no podemos de dejar de achacarle también su parte de responsabilidad a tanta gente que por desidia, desinterés, ignorancia, exceso de confianza e incluso por sus pequeñas o más grandes dosis de vanidad y avaricia, también han permitido que se haya llegado a tal deterioro de nuestra sociedad.

      Un saludo.

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