sábado, 7 de diciembre de 2013

¿Crisis económica, política o el fin de la democracia?

Sin duda, no debe haber mejor parabién para cualquier gobierno que sus ciudadanos no hagan ruido alguno. Salvo en el caso de las dictaduras, que como bien dicen los que aún más que yo vivieron la nuestra, mientras no te salieras de la raya no habría lugar a que te echaran sus perros encima.
Pero, parece ser, que el gobierno de Mariano Rajoy, además de molesto –lo que habría de parecer comprensible ante tanta trifulca-,  no está dispuesto por la vía de la sinrazón y ahora también por decreto, a aceptar la más mínima crítica. Como ya comentábamos en un artículo anterior, el actual gobierno vista su incapacidad legal y constitucional por convertir en un delito penal el derecho a manifestarse libremente, ahora parece dispuesto, por vía administrativa, sacarse de la chistera un reguero de normas y sanciones que lo que vienen a promover es que los ciudadanos se manifiesten lejos del centro de las ciudades, si es posible cuanto más mejor y si no se les ve, mejor todavía.

Si a esto añadimos la permanente actitud de los principales responsables del gobierno y dirigentes del partido que lo sustenta con su persistente manera de echar balones fuera dándole la vuelta a los contenidos tratándonos como si fuéramos idiotas o, cuando no, dar la callada por respuesta ante las demandas de los medios de comunicación, lo que estamos presenciando en realidad es un retroceso de lo más absoluto en los principios que habrían de regir un país que se autodenomina democrático y así se recoge en su Carta Magna.

Y suma y sigue. La actitud de la justicia ante extremos como el de la infanta Cristina –esperemos que el monarca no vuelva a repetirse en el mensaje navideño con aquello de que “todos los ciudadanos somos iguales ante la ley”-; esa misteriosa tecla de “borrado” que solo aparece  en las computadoras de los partidos políticos y sindicatos; el encausamiento sine die de políticos, politiquillos y personajes afines de toda casta y condición o el marañoso entramado entorno a las grandes compañías a la vista impunes ante la hacienda pública que ve como son cesados sus responsables antes que hacer entrar por el aro a las mismas, suman solo.  unas pocas reseñas más de entre otras muchas necedades de la vida pública, pero que, al fin y a la postre, lo que que ponen en entredicho son los valores más esenciales de la democracia.

Una vez más la última encuesta del CIS da buena cuenta de todo esto, situando a la corrupción como el segundo problema de este país, inmediatamente después la sangría del desempleo. Una imparable carrera de delirios, a cual más extravagante y despiadado  que solo el pueblo puede y debe parar de una vez por todas.

Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa.”
Montesquieu.

5 comentarios:

  1. Diablos, y la gente sigue tragando. Se me hace difícil de entender. A estas alturas, no protestar es comulgar con el sistema, luego ser cómplice de una de las mayores debacles de la historia europea. Porque el actual desmoronamiento de los países del sur, con la hegemonía tácita, legal y económica de los países del norte, supone una vuelta en toda regla a los tiempos medievales del vasallaje y la esclavitud. La moviola política nos lleva irremediablemente hacia atrás, y no parece que nos vayamos a detener en los años de la dictadura, sino que aún vamos a retroceder más, puesto que el pueblo consiente, tiene unas tragaderas que ya las quisieran para sí el sapo o la culebra.

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    1. Gracias Lorenzo

      En relación a esta, cuanto menos, singular situación por la cual la gente parece tener unas tragaderas fuera de toda lógica y es que, cuanto más conoce uno más se sorprende viendo como el personal calla a pesar de mantenerse un porcentaje de desempleo absolutamente disparatado, unas condiciones laborales paupérrimas, unos salarios rayanos al tercer mundo y unos precios fuera de órbita, a continuación te dejo este link en la que la analista intenta buscar una explicación -si es que es posible encontrar alguna a este mismo respecto-. http://www.eldiario.es/agendapublica/nueva-politica/enfadados-bastante_0_205079508.html

      Un saludo.

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  2. Sin duda estamos retrocediendo lo increible sin casi protestar. Como dice Lorenzo "no protestar es comulgar con el sistema". Ni problema, es buscar alternativas, porque protestar por protestar estamos viendo que no sirve para nada. Tampoco sirve para nada (todo lo contrario) no votar. Por ahora, estoy informándome cómo funciona y qué propone el que llaman Partido X-Partido del Futuro.
    Un saludo

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    1. Hola Juliana

      Efectivamente. Pero no es que se proteste por protestar ya que la mayor parte de la gente, una vez se les explica debida y razonadamente, entiende y se da cuenta que existen otras vías y que, en cualquier caso, lo que esta ocurriendo se sale de toda lógica. Más aún cuando miramos hacia atrás en la historia y las evidencias son tan notorias de que este tipo de de políticas que se han llevado a cabo en los últimos 15 o 20 años desembocan en situaciones como esta y que las soluciones que intentan imponernos al respecto no es otra cosa que más de lo mismo y con unos claros y más que evidentes beneficiados en todo ello.

      En fin te dejo el mismo link que a Lorenzo, donde se intenta entender cómo es posible que la población no se manifieste de forma meridiánamente clara ante todo esto: http://www.eldiario.es/agendapublica/nueva-politica/enfadados-bastante_0_205079508.html

      Un saludo

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  3. Ah, por cierto, estaré una semana fuera, de viaje, pero amenazo... volveré.

    Gracias a todos.

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