martes, 3 de febrero de 2015

Susana Díaz

El caso de Susana Díaz es singular. De entrada, llego a la presidencia de la Junta de Andalucía de la mano de J. A. Griñán sin que hubiera sido elegida por el pueblo, por renuncia de este.  Un recurso poco ortodoxo para una democracia pero utilizado de manera habitual en la española, como hemos visto en numerosas ocasiones.

Pero, sin duda, la Sra. Díaz aparenta un cierto carisma que, en el maltrecho PSOE para muchos, podría constituir esa tabla de salvación a la que aferrarse, ante lo que se presume va a ser el mayor descalabro electoral del partido desde el regreso de la democracia a España.  La renuncia del PSOE a la esencia de la socialdemocracia le ha pasado sensible factura y se diría de algunos que confían en la presidenta de su federación más potente para mantener la llama viva de su electorado.

Sin embargo,  esta especie de Esperanza Aguirre -eso sí mucho más joven y atractiva que esta-, a la andaluza, desmiente tales pretensiones en medio de otros tantos chascarrillos que aparentan todo lo contrario, lo que mantiene en un brete permanente a la que fuera mayor familia de la política española. Ahora, no está claro a santo de que, ha hecho saltar su pacto con IU que la sustentaba en el cargo, de la noche a la mañana y ha convocado elecciones a la jefatura de Andalucía, como el que dice de aquí a cuatro telediarios.

Para los que andamos un tanto al día de los mentideros políticos, se diría que la verdadera razón que envuelve esta historia no es otra que evitar que el partido de moda, Podemos,  que le está robando la cartera al PSOE en todas partes, se arme con la infraestructura suficiente para ocupar su espacio y evitar así el descalabro también en el último reducto donde, aún con alfileres, todavía se sustentan sus enseñas de socialista y obrero que se cayeron de la misma,  hace demasiado tiempo en el resto de España.

Atentos.


2 comentarios:

  1. Otra igual que tantos otros políticos, aunque teóricamente mucho más carismática. A mí no me la cuela, le veo detalles muy de político clásico, y está claro que a medio plazo quiere optar por el gobierno de la nación. A Pedro Sánchez le ha salido una rana, y pronto será del tamaño de un globo aerostático.

    Si a la mezcla le añadimos el posible pacto PP-PSOE para las elecciones generales, la indignación de la gente será mayúscula. A ellos no les importa.

    ResponderEliminar
  2. Sí, más o menos es lo que yo creo. Quizá no ahora pero puede que sus intenciones sean cara a una próxima legislatura. Para cuando lleguen las municipales y autonómicas y, como parece, se descalabre el PSOE, estará embarazadísima y no creo que ande con ganas de asumir tales responsabilidades. Después, ante el previsible pacto de su partido con el PP tras las generales que significará el fin de cualquier tipo de aspiraciones de su partido como le ha pasado al PASOK en Grecia, veremos que hace.

    Un saludo.

    ResponderEliminar