domingo, 13 de marzo de 2016

Refugiados a la carta


El vergonzoso acuerdo adoptado por las autoridades de Bruselas en relación al tema de los refugiados, por tener más de comercio que de humano y que casi valida el tráfico de personas a cambio de un aumento de las relaciones entre la UE y una pseudo-democracia como Turquía, pone aún el listón más alto al problema. En general los flujos migratorios que se desplazan hasta Europa, víctimas de guerras o hambrunas, están poniendo una vez más en evidencia las actitudes, además de la consabida inutilidad, de los líderes políticos europeos. Solo cuando aparecen en televisión imágenes de niños ahogados en las playas europeas durante uno o dos días se moviliza la marabunta política manifestando todo tipo de buenas intenciones para rápidamente después pasar de lo dicho al más ruin olvido.

Un problema que se agranda aún más en un continente europeo con una crisis crónica, que ha alcanzado carácter sistémico, con un notable incremento de los desequilibrios sociales, países con insostenibles tasas de desempleo y el sangrante caso de Grecia que ha sido condenada sine die por su rebeldía ante la incontinencia del poder financiero y convertida en un gigantesco campo de refugiados en el que, para vergüenza del resto de la Unión Europea, es incapaz de atender en la forma debida a los mismos consecuencia de la situación a la que la ha lastrado ésta y la falta de ayudas necesarias.

Resulta evidente que nos encontramos ante un desastre humanitario de impredecibles consecuencias, además de estar sirviendo de caldo de cultivo para movimientos fascistas cada vez más numerosos en Europa e incluso posibilitando el rechazo de importantes núcleos de población, inmersa en graves vicisitudes, ante la manifiesta incapacidad de sus élites políticas para atender las necesidades de unos y otros.

Europa necesita no solo atender de forma humanitaria a los refugiados, como no puede ser de otra manera, sí no de una vez por todas dar un paso adelante para dar solución a tan ingentes como incontroladas oleadas de personas y ello pasa, ineludiblemente, por actuar a la mayor brevedad y con la solvencia y contundencia necesaria si fuera preciso, para que en sus países de origen se den las condiciones necesarias para no tener que arriesgar su vida saliendo en desbandada de los mismos.

La solución a un problema de tal magnitud pasa por dar una respuesta definitiva y en la forma debida en Oriente Medio, una zona en permanente conflicto con la trama y el trasfondo de su inmensa  riqueza petrolera de por medio donde, para colmo de males, la vehemencia religiosa se ha aprovechado de la nefasta gestión de lo que llamamos el mundo desarrollado desde nada menos que el final de la 1ª. Guerra Mundial con la desaparición del Imperio Otomano y la nefasta partición geopolítica de la zona a manos de las potencias occidentales. Y poner fin también a las permanentes hambrunas africanas y sus guerras fratricidas alimentadas en la práctica por espurios intereses y despreciadas oficialmente por las mismas, aunque participadas de manera encubierta por estas.

Esta Europa de los mercaderes, inmersa en otra extraordinaria crisis de valores, se ha manifestado en las últimas décadas con una ambigüedad tan chirriante como casposa en lo que se refiere a sus relaciones con cualquier sátrapa de cuyo subsuelo emanara algún asomo de riqueza.  En España sabemos bien de ello. Baste recordar imágenes de alguno de nuestros ex-presidentes jubilosos ante personajes como Hugo Chávez o Muamar el Gadafi. O las correrías de los jefes de estado europeos como perritos falderos de los monarcas saudíes o los dirigentes chinos mientras estos infligen los mayores sufrimientos a quienes ponen en entredicho la validez de sus respectivos regímenes. Solo falta ver que en Corea del Norte algún rico yacimiento mineral aflore de manera suculenta y exima ello a la mismísima dinastía Kim Jong de todas sus culpas.

“Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve” (Martín Lutero)



6 comentarios:

  1. Este acuerdo es una vergüenza, y deja cada vez más claro la clase de pseudo fascismo que gobierna en Europa. Los representantes políticos se limitan a escenificar el papel de piadoso cuando alguna imagen de los refugiados resulta excesivamente "cruenta" para la aletargada población europea; poco después, no obstante, todo se olvida y los valores retrógrados siguen ganando tracción.

    Europa no quiere a los refugiados que ella misma ha creado de una u otra forma. Europa no quiere a los escapados de una zona asediada por el terrorismo y la guerra, que ella misma ha alimentando y fortalecido por sus propios intereses. Europa no quiere nada en Europa que no sea europeo y el tiempo demostrará hasta qué extremos es capaz de llegar para mantener su "pulcra visión"; la extrema derecha, cual caballo rampante, acabará apoderándose de todo, ayudada por las nuevas tecnologías y el aparato orwelliano.

    Así que, fuera de nuestros muros miles de refugiados se aglutinan, esperando para entrar, mientras en el interior de Europa una gruesa masa de esclavos viven ajenos al horror; llegará el día en que ansiemos escapar, porque esta especie no tiene arreglo, ni remedio, ni merece indulto. Ombliguismo, cortoplacismo y, en líneas generales, ignorancia a raudales.

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    1. Perdona Óscar pero hasta hoy no he visto tu comentario. Sí, se puede decir alto pero no más claro. La cuestión es saber si la población europea llegará a despertar de su letargo. Aún quedan esperanzas pero el recurso del miedo, tan utilizado en estos casos, causa mella en buena parte de la gente sin darse cuenta que todo es fruto de una manipulación más que interesada de la realidad. Veremos.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo y con Oscar. Es indignante y repugnante. La situación es caldo de cultivo de movimientos xenófobos. Pero en general, la sociedad civil está demostrando una gran impatia. Sin embargo, nuestros dirigentes políticos no parecen pertenecer a la especie humana del siglo XXI. Es inaudito.
    Un abrazo

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    1. Realmente inaudito y parece más propio de tiempos pasados. Anteriores, diría yo, a la guerra del 40. La verdad que no es fácil entender tal grado de desafección, por parte de las autoridades, por conceptos tales como solidaridad o el bien común. Veremos cómo termina todo esto. Saludos Juliana.

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  3. Esto , no es nuevo ni es de ahora , hay cientos de situaciones similares en la historia , sin ir mas lejos y solo por poner una que afecto a miles y miles de españoles en los primeros meses de 1939 en los pasos fronterizos de los Pirineos , ! que frágil es la memoria ! Saludos

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    1. Sí, es cierto. Los flujos migratorios es un fenómeno que se reproduce desde la profundidad de los tiempos. Víctimas de guerras y hambrunas no es un caso, ni siquiera ahora que se de solo en Europa.

      Un saludo.

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