Dimitir dignifica y, probablemente, sea esto lo mejor que haya hecho en su carrera el ya ex-ministro de industria "en funciones", José Manuel Soria.
Su larga carrera política, desde sus tiempos de alcalde en Las Palmas ha estado salpicada por toda clase de casos de nepotismo y todo tipo de veleidades y tropelías que le llevaron a los tribunales y de los que salió exonerado al haber prescrito los delitos de los que se le acusaba y no como ha repetido siempre su principal valedor, Mariano Rajoy, porque quedara des-imputado de nada. Lo que en todo caso no le impediría llegar nada menos que a ministro, claro está, de la mano de su gran amigo cuando este llegó a la presidencia del gobierno.
El "ministro de las eléctricas", como se le apodaba, decidió enfrentarse al problema del déficit tarifario haciendo multiplicar las cargas del sistema sobre el pueblo y consolidando la luz española como una de las más caras de Europa mientras, rizando el rizo, reducía las ayudas a los consumidores. Todo un chollo para las eléctricas y un calvario para los ciudadanos.
Al final, Soria se ha ido acuciado por sus mentiras y por la vergüenza -si es que algo le queda-, de fundir a impuestos a los españoles mientras él los escaqueaba en diversos paraísos fiscales entre un maremágnum de empresas pantalla.
Pero el que no se va es Rajoy, aunque no hace mucho dijera que lo haría si un ministro elegido por él tuviera que salir por la puerta de atrás de su gobierno por cuestiones como las de su amigo Soria. Rajoy, por lo que se ve, también debe pensar de los españoles que nos chupamos el dedo y si no es así, si nunca en todos sus años en puestos de máxima responsabilidad de su partido e incluso como presidente del gobierno, ha conseguido enterarse de alguna de las innumerables fechorías de todos sus amigos en la cárcel, procesados o dimitidos -estos últimos los menos-, mejor que se quede de una vez en casa y presente también su dimisión.
Como sus colegas del PSOE, los de su pretendida "Gran Coalición", que echaban a correr a chorros cientos de millones de euros de los ciudadanos por las salas de fiesta de Andalucía sin que nadie, nadie de sus responsables se enterase de nada. Pero a él eso ya se le debe haber olvidado.
No debería irse a su casa, debería ir a la cárcel y devolver lo que ha robado al pueblo. Rajoy, Soria y todos los demás. Que sigan el ejemplo de Conde, a la cárcel con esa chusma (gentuza).
ResponderEliminarRealmente es indignante dónde hemos llegado. Pero parece que la masa estuviera adormecida -que lo está de hecho por toda la industria del marketing al servicio de los poderes financieros.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con Lorenzo. "No debería ir a su casa, debería ir a la cárcel y devolver TODO lo que ha robado al pueblo". No podemos seguir así. A los políticos no les preocupa nada los ciudadanos. Sin embargo, ¿que dice la Constitución?
ResponderEliminarUn saludo
Estos políticos hace tiempo que dejaron de hacer política para la gente. Su única política es la de "partido", es decir solo buscan la manera de sostener el partido, alcanzar mayores cotas de poder y, como no, proyectarse a sí mismos.
EliminarUn saludo.