miércoles, 8 de junio de 2016

El crecimiento y la dignidad del trabajo

Decía Ernesto Sábato que “al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización”, y no parece faltarle para nada la razón. Al margen del dantesco estropicio que estamos viviendo en las mismísimas puertas de Europa con el drama de los refugiados y de los que huyen del hambre y la miseria en África, Cáritas una institución a la que no se le puede tachar precisamente de antisistema o de un arriesgado sesgo político, nos ha recordado hace solo unos días que el 22 % de los ciudadanos españoles están en riesgo de exclusión social y que casi el 15 % de los que se encuentran trabajando se encuentran al borde de la pobreza. Todo ello en la considerada, según se mire, cuarta o quinta economía de la Unión Europea.

Por su parte el INE en su última encuesta de condiciones de vida nos advierte del mismo modo que 13 millones de españoles perciben ingresos insuficientes para cubrir las necesidades básicas. Y que, a pesar de la insistencia del gobierno actual y las instituciones europeas, el crecimiento económico no es sinónimo de un aumento del bienestar en el conjunto de la población, por cuanto a pesar de haber aumentado el PIB un 3 % el pasado año, el ingreso medio por hogar y persona cayó en España el 0.1 %.

No hay que ser un avispado economista para entender el por qué de esto. Basta echar una mirada a nuestro alrededor para darse cuenta de la elocuencia de los datos. No es necesario saber que más del 90 % de los contratos que se firman en España tienen carácter temporal o que la inmensa mayoría de los mismos lo son a tiempo parcial ya que este dato lo percibimos a nuestro alrededor, entre la casuística diaria de familiares, amigos y conocidos.

Por tanto si contrastamos los datos de crecimiento absoluto con los de las rentas del trabajo en el mismo periodo de tiempo los resultados son muy clarificadores y, además, vienen a contradecir la teoría económica que dice que en épocas de crecimiento en todos los estratos sociales aumentan los ingresos, aunque pueda ser de forma desigual. Sin embargo, hoy por hoy, solo crecen por la parte más alta de la tabla mientras que decrecen por la parte más baja, lo que intuye un grave problema estructural.

Para hacernos una idea de ello, según también el INE, se consideran personas en riesgo de exclusión social aquellas que en 2015 percibieron menos de 8.011 € al año, mientras que en 2011 eran 8.359 €, y en el caso de los hogares con dos adultos y dos niños aquellos cuyos ingresos no superaron los 16.823 € anuales, 800 € menos que en 2011. Cifras próximas en cualquier caso al salario mínimo en España, lo que viene a confirmar de manera aún más contundente,  que dicho salario de referencia está muy por debajo de la realidad social de este país. Y que se traduce en que España, según los datos de la propia UE, se encuentre a la cola de los países más desarrollados de Europa en cuanto al índice de calidad de vida que es el que evalúa el nivel de salarios con respecto al coste de las necesidades más elementales para disponer de una vida digna.

Índice EPA. Estándar de poder adquisitivo.

Del mismo modo que el sueño comunista se desmoronó ante su versión de los regímenes totalitaristas de más allá del Telón de Acero en la Europa de la segunda mitad del SXX, hoy destacadas personalidades de las principales instituciones de la economía mundial ponen en duda los resultados del modelo neoliberal, la ideología dominante desde la caída del mismo y de la que éstas fueron sus principales valedores. En opiniones vertidas por representantes del Banco de Inglaterra, el BCE e incluso del FMI, que en su último informe titulado: “¿Se ha sobrevalorado el neoliberalismo?”, se atreve a decir cosas como: “El neoliberalismo no ha propiciado el crecimiento económico; lo único que ha hecho es beneficiar a unos pocos. De hecho, provoca colapsos de proporciones épicas, con las consiguientes tragedias humanas y cuyo rescate cuesta miles de millones de dólares.”

Mantenerse fiel al mito del crecimiento perpetuo, estigma fundamental del mantra neoliberal, en un mundo de recursos limitados está dando lugar a enormes desequilibrios sociales fruto de una visión tan cortoplacista del asunto como dramática para numerosos grupos sociales que ven como día tras día van perdiendo nivel adquisitivo a la vez que se van reduciendo las coberturas sociales. Pero la oligarquía política, al menos en Europa, no parece muy decidida a cambiar el orden de las cosas a pesar de la crisis propiciada por ese modelo, sus consecuencias, el escenario reinante tras el supuesto fin de ésta y las numerosas advertencias al respecto. Incluso parece dispuesta a asolar comunidades enteras que osen rebelarse contra el sistema, como es el caso de Grecia o levantar una espada de Damocles sobre aquellos que puedan resultar díscolos contra sus políticas de austeridad, la severidad de sus recortes sociales –llámense reformas-, y pongan en duda dicho arquetipo como puedan ser los casos de Portugal, España e Italia.

Esta Europa absolutamente deshumanizada, que se permite observar la muerte flotando desde la baranda de cruceros de lujo de orilla a orilla del Mediterráneo y ve como en nuestros pueblos y ciudades aumentan cada vez más los cenagales de la miseria, necesita una profunda revisión de sus ideas y de sus formas. De su modelo económico, de su modelo político hasta si cabe una refundación en sí mismo de todo el proyecto europeo. Europa debe revisar su pasado reciente y darse cuenta que se están reproduciendo similares episodios a los de la década de los 30 del siglo pasado tras la Gran Depresión y como entonces un florecimiento de los fascismos que acabaron llevando al continente a la mayor tragedia de su historia.

Hoy, es de esperar que al menos hayamos aprendido lo suficiente para evitar semejante estallido de violencia pero no es menos cierto que tras el fin de la guerra aquellos sentimientos de solidaridad y bien común que alumbraron la construcción europea, han acabado a merced de una nueva metodología del dinero capaz de desarrollar un ingente número de reos, presos de una avaricia y codicia sin límites, que está poniendo al borde del colapso a la mayoría de sus países integrantes, a sus ciudadanos y a la mismísima democracia.


8 comentarios:

  1. Los datos hablan por sí solos, la realidad nos enseña la descarnada calavera de la futilidad a diario. Creo que el concepto subyacente detrás de todo esto es instaurar la "pobreza perpetua o perenne". Que, al fin y al cabo, lo que se busca es que los trabajadores mueran en la misma zanja en la que nacieron, después de haber pasado toda una vida trabajando y produciendo... para otros.

    Esto es incluso más notorio cuando comprobamos que los gobiernos elegidos por la población legislas, generalmente, en contra de la misma, pese a la oposición mayoritaria de las ciudadanía. Las democracias funcionan, de hecho, como dictaduras turnistas en las que el ciudadano interviene un día cada cuatro años, so pena de prisión y paliza en caso de exceso.

    Lo más flagrante de todo el asunto es que pese al desenmascaramiento de estas políticas egoístas y suicidas por parte de Europa y de los Estados de paja en los que vivimos, la población parece revalidar en las urnas las candidaturas de sus opresores. Lo cual me hace sospechar que o bien hay un índice de población implicado en las redes clientelares mayor del que pensamos o que se hace magia con los votos. Bueno, eso sin olvidar que el sistema favorece a los partidos mayoritarios, con unos cálculos proporcionales que me parecen una perogrullada.

    Y los años pasan. Fíjate que pronto cumpliremos una década de intensa crisis y esto no mejora, por mucho que reformulen los datos para maquillar la realidad. Quizá ya ni les importa. La política es como el fumar: aunque te destroce los pulmones, sigues llevándote cigarrillos a la boca.

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    1. La verdad que no deja de ser sorprendente que, a pesar de la que está cayendo y no deja de caer, todavía los partidos tradicionales acaparen buena parte de los votos del electorado e incluso en España, donde además de todo el drama social que se está viviendo y del enorme número de causas por corrupción que afectan al mismo y al más alto nivel, el PP, una y otra vez, sea el que mejor acabe posicionado en las elecciones.

      ¿Por qué ocurre esto? Sobre todo en la zona derecha del tablero ya que por la izquierda el voto siempre se fragmenta más. Ya lo hemos comentado en otras ocasiones. Básicamente por dos razones: la primera por una mera cuestión de idiosincrasia política y es que el votante conservador, como ya dice de por si nombre, tiene muchas menos capacidad autocrítica que el votante de izquierdas. Y en segundo lugar por que la mayor parte de los grandes de medios de comunicación tienen una clara tendencia liberal que favorece a los gobiernos de derechas por cuanto están en manos de grupos financieros a los que poco o nada les importan aquellas 3 máximas de la BBC sobre lo que tiene que ser la labor del periodista: informar, enseñar y entretener.

      Saludos.

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  2. Es posible que truquen los resultados electorales. No me extrañaría, desde siempre ha gobernado una oligarquía mafiosa. Nada más fácil para ellos que inventar los resultados, según convenga. De todos modos votar al PP o al PSOE viene a ser lo mismo. Con lo cual los dirigentes de ambos partidos son meros actores que cobran sueldos millonarios para que se insulten entre sí y luego permitan el robo y saqueo de los recursos del país, además del apogeo de la esclavitud, que ya ni se molestan en disimular.

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    1. Que va a seguir gobernando el PP después del 26J parece evidente. Aunque ganara las elecciones Unidos Podemos, la gran coalición le dará nuevamente el gobierno a Rajoy. Tendría que ocurrir una auténtica convulsión en las bases del PSOE para que éste diera a su apoyo a la coalición de izquierdas, máxime sabiendo que tendría que enfrentarse con Bruselas.

      Peor aún, si se confirma el "sorpasso", lo más normal es que Pedro Sánchez dimita la misma noche electoral, Susana Díaz y los barones se hagan cargo del partido y buscarán en el PP su mejor aliado. Será el fin del partido socialista pero visto lo visto en Europa, parecen todos dispuestos a suicidarse antes que revertir la situación.

      Pero, sea como fuere, la izquierda tradicional estará representada fuertemente en el parlamento, se hará notar y, a partir de ahí... veremos que pasa.

      Un saludo.

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    2. No esta nada claro que Susana Díaz se haga cargo del partido , habrá que ver el resultado del PSOE en Andalucía el 26 de junio , puede pasar que no saque buenos resultados , como ya le paso en las autonómicas .En cualquier caso parece claro que aunque el PSOE pierda algunos diputados seguirá teniendo la llave en la formación de gobierno

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    3. Ayer mismo leía un artículo de un diputado del PSOE que dice no pertenecer a los órganos de dirección del mismo en el que asegura rotundamente que en el PSOE no permitirá que gobierne el PP. Sin embargo, por el otro lado, se pasa el día poniendo verde a Unidos Podemos y diciendo también que no habrá terceras elecciones. Como diche el dicho entonces "que venga dios y los vea" a ver qué es lo que han pensado hacer.

      En fin, ya veremos qué pasa.

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  3. No en todos los países de Europa sucede lo mismo , en este concurren muchas y diversas causas para que nos pase lo que esta pasando , por citar solo algunas , venimos de una guerra civil, de una larguísima dictadura , de una Constitución que se hizo como se hizo , por lo tanto a una buena parte de la ciudanía les faltan bastantes conocimientos en esto de la política , venimos desde hace muchos años de una educación en las aulas de un determinado signo religioso /político , venimos de 21 años de gobiernos del PSOE y de 13 años de gobiernos del PP con lo que esto significa , pero en apenas 2 años " esto " de la política ha empezado a interesar mas , recordemos que en otros tiempos el hecho de hablar de política estaba mal visto socialmente , ahora se habla muchísimo aunque en muchas ocasiones sin demasiada solidez pero por algo se empieza . Saludos

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    1. Si, efectivamente, por eso creo que deberíamos ser moderadamente optimistas en el medio plazo. Cómo le decía antes a Lorenzo, es de esperar que se produzca la gran coalición después del 26J, salvo "notición" de última hora, y el PP continúe en el gobierno, bailando al mismo son que Bruselas y los mercados financieros.

      Pero algo ha cambiado en nuestra sociedad y es ese interés en la política que casi lograron, entre PP, PSOE y los grandes grupos mediáticos que desapareciera de los ciudadanos. Sea como fuere con la izquierda tradicional estará muy debidamente representada en el próximo parlamento y es posible que sus pronunciamientos sigan calando entre la población.

      Lo que es menester es que Unidos Podemos no la pifie en la campaña y una vez con el parlamento rodando no cometan errores de bulto y sean capaces de demostrar a la población que se pueden hacer las cosas de otra manera y que conduzcan a una sociedad menos injusta. Para ello tienen también numerosos ayuntamientos donde demostrarlo durante los próximos años.

      Difícil pero no imposible, Veremos.

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