El pasado martes, 2 de Agosto, la policía desalojó de madrugada el punto de información del 15M que quedaba en la Puerta del Sol de Madrid. En respuesta a ello miles de personas convocaron una manifestación espontanea por la tarde en las calles de la capital que colapsaron el centro de la ciudad. Posteriormente todos sus simpatizantes, han ido ha ocupando las calles aledañas a la plaza, se han producido cortes, en la Gran Vía y en Cibeles mientras la policía, en un gesto sin precedentes, cerraba el paso de la Puerta del Sol a los viandantes.
Es cierto que el 15M debería organizarse mejor pero, un movimiento de estas características que ha adquirido una dimensión extraordinaria e imprevisible en solo dos meses que, además, cuenta con las simpatías ya de casi el 80 % de la población española según las últimas encuestas, está haciendo mella en la clase política, está en boca –para bien o para mal, según la óptica desde que se trate-, de todos los medios de comunicación, ha traspasado holgadamente nuestras fronteras y está encabezado, de forma mayoritaria, por jóvenes licenciados y universitarios voluntariosos pero, qué duda cabe, inexpertos en estas lides, es normal que tenga dificultades para hacerlo.
Y uno de sus hándicaps es que indigentes y personas excluidas o auto-excluidas de la sociedad, se “les arrimen” en sus concentraciones y acampadas a la sombra de esa misma característica transversal que define el movimiento lo que, por otra parte, viene de perlas a aquellos que utilizan esa imagen para defenestrar al mismo. Por lo que, con más motivo, deberían percatarse sus integrantes de esta circunstancia cuando se dé el caso. Tampoco parece, por lo que hemos podido comprobar presencialmente, que los 100 m² del punto de información existente en Sol –aún estéticamente más que criticable-, entorpezca para nada la vida diaria de la plaza. Y si las pérdidas de ventas ocasionadas durante las dos semanas que se mantuvo ocupada en su práctica totalidad la misma fueron, según se dice, multimillonarias para el comercio de la zona… ¿Qué no perderían entonces cuando la plaza estuvo ocupada por la gigantesca obra de la estación de cercanías de Renfe de Sol durante… un año? En definitiva ¿no será más fácil para las autoridades dialogar y hacerles ver los posibles errores que estén cometiendo en estos sentidos a los miembros del movimiento, corregirlos en aras de una mejor solución para todos y no propiciar el bochornoso, cuanto menos ridículo espectáculo, que está haciendo pasar la Delegación del Gobierno a la policía en el centro de Madrid?
El problema para las autoridades y los políticos no es un tenderete en una plaza, el verdadero problema es la enorme visibilidad de un movimiento que está poniendo en tela de juicio las aptitudes de la clase política ante las arbitrariedades de un modelo social y económico que está llevando a la gente, a la sociedad y al mundo a la ruina. Peor aún, si dicha visibilidad viene dada desde uno de los puntos más estratégicos, populares e internacionalmente conocidos de España como es la Puerta del Sol de Madrid.
Si a esto añadimos que, en pocos días, una multitud procedente de muchos rincones de España y el resto de Europa va invadir Madrid para asistir a las jornadas correspondientes a la visita del Papa… ¿cómo permitir que tengan también un claro y puntual conocimiento de lo que representa el Movimiento 15M?
Por lo demás, de las declaraciones de unos y otros, en su línea habitual. El PSOE intentando suavizar la situación y proponiendo una nueva y mejor ubicación para el punto de información del 15M, con la intención ya sabida de ganar adeptos con miras a las próximas elecciones. Y de otra el PP, como si con el mismo no fuera la cosa. Se ve ganador en las próximas elecciones, además de forma muy holgada, por lo que no quiere entrar al trapo en ninguna cuestión que lo único que podría, cuando se otea desde tan alto, es perjudicarle. Otra cosa es que a alguno se le vaya la vena facistoide y diga disparates como el del Consejero Granados de la Comunidad de Madrid que dice que va a sacar a los 90.000 militantes que tiene en Madrid el PP para solidarizarse con los comerciantes afectados. Lástima que al Sr. Granados se le haya olvidado la Constitución y quiera enfrentar nuevamente a las dos Españas en vez de enviarlos a Bruselas a exigir, de una puta vez, que se enfrente la UE a esos tiburones de las finanzas que tienen al mundo patas arriba en un alarde de codicia sin límites.
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