viernes, 14 de octubre de 2011

15 de Octubre. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros.

No estoy dispuesto a quedarme quieto, NO. Nosotros no creamos esta puta crisis, ni los trabajadores y las trabajadoras, ni los estudiantes, ni los profesores, ni los camareros, ni los autónomos, ni los obreros de las fábricas o de la construcción, ni los peones, ni los ordenanzas, ni los autónomos, ni los hosteleros, ni los boticarios, ni los estanqueros, ni los futboleros, ni los deportistas, ni los taxistas, ni los camioneros, ni los zapateros, ni los jornaleros, ni los mecánicos, ni los cristaleros, ni los chapistas, ni los carpinteros, ni los fontaneros, ni los electricistas, ni los médicos, ni los enfermeros, ni los celadores, ni los guardas de seguridad, ni los policías, ni los militares, ni los abogados, ni los jueces, ni los recogepelotas, ni los ferreteros, ni los modistos, ni los cocineros, ni los matarifes, ni los agricultores, ni los ganaderos, ni los pescadores, ni los cazadores, ni los pescadores, ni los navegantes, ni los aventureros, ni los científicos, ni los papeleros, ni los libreros, ni los quiosqueros, ni los oculistas, ni los ópticos, ni los mancebos, ni los funcionarios, ni los oficinistas, ni los cooperantes, ni los voluntarios, ni los bomberos, ni los peritos, ni los ingenieros, ni los mineros, ni los aparejadores, ni los delineantes, ni los arquitectos, ni los pinches, ni los pilotos, ni las azafatas, ni los subalternos, ni los transportistas, ni los mensajeros, ni los periodistas –aunque sus patronos los esclavicen para servirse de ellos-, …

NO, nosotros no creamos la mayor crisis sistémica de nuestro tiempo y de la que no es posible recordar  otra desde hace casi 100 años, por mucho que nos mientan al respecto. Esos mismos mentirosos que quieren hacernos entrar por el aro y se empeñan en engañarnos un día y otro también con sus embustes y sus juegos de magia. Basta ya de falacias, basta ya de mentiras, esta es la crisis de la avaricia y la codicia. La nueva dictadura del poder que ha sustituido a los tiranos de antaño desde una consola y bajo el plácido sol de un islote caribeño, paraíso de canallas y mercenarios del dinero.

Que se metan sus mentiras por donde les quepa. Que dejen de engañarnos haciéndonos creer que unos y otros son mejores que el otro y que el tercero. Que ellos no son nada, que llevan veinte años mintiendo para crear esa fantasía, esa maldita ficción que hizo creer a los imberbes del mundo  que todo lo que quisieran podía estar a su alcance, para desplumarlos después por la espalda sin que ni siquiera se dieran cuenta de ello. Malditos todos ellos por arruinarnos la vida, la de nuestros hijos, por querer robarnos lo que tanto luchamos por conseguir, una escuela para todos, una sanidad universal, un trabajo honesto, un salario justo, una jubilación digna…

Malditos plutócratas que queréis quitarnos la libertad desde vuestras poltronas de terciopelo y piel desde donde lanzáis vuestras arengas pidiendo recortes y más recortes, austeridad, sueldos más precarios, despidos más baratos, trabajar de sol a sol y a saber cuántas cosas más mientras vosotros os atiborráis de millones de vuestras trampas, engaños y trapicheos y os garantizáis la providencia divina hasta el mismísimo día del juicio a costa de la ruina del pueblo. ¿Será posible que llevéis veinte años robándonos nuestras ilusiones y todavía hay quien os lama el culo para recoger vuestras miserias? Pues yo prefiero mil de esos que tan despreciablemente llamáis perroflautas ante que vuestros costosos trajes pagados con el sudor y las lágrimas de los que lleváis décadas expoliando.

Por todo eso, no nos cansaremos de repetirlo:

¡! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros ¡!

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