domingo, 20 de noviembre de 2011

Otra vez Israel

Cuando el imperio británico arrió su bandera de Israel, aquel 14 de Mayo de 1948, se inició una guerra en Oriente Medio que con sus intermitencias e infinitas ramificaciones perdura todavía. Por el camino millones de víctimas, aunque el estado hebreo gane por goleada, si a es que ese dramático balance tan favorable se le puede llamar “victoria”.  Ahora en el enésimo capítulo de semejante locura Israel amenaza con bombardear Irán, ante sus supuestas  intenciones de albergar un arsenal atómico. Desde la revolución de los ayatolás en 1979, el régimen iraní no ha parado de ayudar a la desestabilización de la región con sus continuos excesos y permanentes salidas de tono fruto de la radicalidad del mismo, su ultra-ortodoxa visión del islam y su particular interpretación del Corán.

El que los actuales dirigentes del “antiguo” pueblo persa  estén ahora empeñados en conseguir fabricar “la bomba”, aún siendo un absoluto disparate no lo es en menor medida del que Israel posea ya un nutrido arsenal de cabezas nucleares desde hace tiempo. Y lo que es peor aún “no declarado”, a pesar de los numerosos tratados internacionales. No vamos a entrar ahora en los privilegios de unos países sobre otros en la esfera mundial porqué esto formaría parte de otro largo y más que extenso artículo pero merece la pena recalcar que no es menos cierto que si Israel no hubiera contado con esos privilegios y la permisividad internacional ante su continua vulneración de toda clases de leyes, normas y disposiciones de la comunidad internacional así como las resoluciones del propio Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, quizá no hubiéramos llegado a la situación de enquistamiento en que se encuentra la cuestión palestina y por ende todo el Oriente Medio.

Esperemos que la cordura, por una vez, se anteponga a los disparates de mentes tan perversas capaces de llevar al ser humano a la peor de sus versiones y deje pasar esta como una desafortunada chifladura de unos pocos. Y esperemos también que la poderosa industria armamentística norteamericana no se dé por aludida y tenga ganas de iniciar un nuevo negocio. O la del petróleo, tan vivaz como esta capaz de las mayores atrocidades para rentabilizar el propio.

El trío de las Azores se fue de rositas tras protagonizar uno de los mayores holocaustos de los últimos tiempos. No cabe duda que si en vez de tratarse de los primeros estadistas del Reino Unido, España y los EE.UU. lo hubieran sido de otros tantos países del tercer mundo hoy, estarían condenados o perseguidos por la Corte Penal Internacional, por cuanto fueron vulnerados todos los preceptos del derecho común a los pueblos con las fatales consecuencias que la inmensa mayoría de la población mundial predijo. De no mediar ahora la cordura, esa misma población tiene ahora otro medio más para desarmar tan irracionales argumentos como lo son internet y todas sus redes sociales capaces de movilizar con prontitud a millones de ciudadanos ante tamaño disparate.

Ojala no tengamos que hacer uso de ellos.

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