jueves, 5 de enero de 2012

La movilización mediática

Durante el pasado año, entre los efectos de la devastadora crisis que asola a todo el mundo consecuencia de la perpetuación de las políticas neoliberales en los países desarrollados, empezaron a surgir diferentes movimientos ciudadanos manifestando su clara disconformidad con las mismas. Después de desembocar estas en España en el 15M, enseguida empezaron a mostrar su apoyo a estas plataformas importantes personalidades del mundo de la economía, la ciencia, la cultura, etc. hasta convertirse en un fenómeno de escala mundial.

Desde el principio y, especialmente, cuando el movimiento empezó a tomar cierta relevancia, además de la clase política dominante, toda la industria mediática más o menos reaccionaria ha venido poniendo todo tipo de zancadillas al mismo con la intención de defenestrarlo ante el grueso de la ciudadanía ya que, la claridad y exactitud de muchos de los argumentos puestos en pie por “los indignados”, además de poner en evidencia los resultados de la aplicación de las citadas políticas, pueden acabar socavando todo un sistema que tan buenos beneficios reporta a una mínima parte de la población en detrimento de la inmensa mayoría restante. Tanto es así que, desde que se inició la crisis en todo el mundo, los ricos tanto en cantidad como en calidad, han seguido in-crescendo. Por estos motivos, se han venido utilizando términos como el de “el 15M renace”, “el 15M resurge”, tras el éxito de las manifestaciones del 19 de Junio en toda España, como si el movimiento se hubiera agotado –la realidad es que no han cesado sus actividades en la geografía española con sus reuniones y asambleas-, o se ha puesto como burdo ejemplo de las casi mil manifestaciones que tuvieron lugar en otras tantas ciudades del mundo el día 15 de Octubre, la única que  registro incidentes graves.

Ahora, tras la aplastante victoria del PP en las pasadas elecciones generales o la denigrante derrota del PSOE, víctima de seguir esas mismas políticas conservadoras referentes de la doctrina neoliberal y muy en contra del sentimiento de su tradicional electorado socialdemócrata, la industria mediática vuelve a movilizarse, parapetándose tras las consecuencias de la crisis y las medidas de recortes y austeridad que van implementándose con desastrosos resultados  –más desempleo, más pobreza, menos libertad y menos democracia-, tras su aplicación en toda Europa, durante los últimos años. Ahora, el sermón gira en torno a que la izquierda, una vez desalojada del poder, empujara a sus huestes a tomar las calles, no como consecuencia de la terrible situación a las que están quedando abocados los ciudadanos, sino con la malévola intención de hacer tambalear al nuevo gobierno de Mariano Rajoy. Una teoría conspirativa más de las que tan dadas son en elucubrar desde la derecha más rancia.

Nada más lejos de la realidad. Conforme avanza el tiempo, desde la estallido de las subprimes en EE.UU. en 2007, los pinchazos de las diferentes burbujas financieras e inmobiliarias que se han ido sucediendo en los diferentes escenarios internacionales, las fallidas medidas que se han venido aplicando desde las diferentes instituciones nacionales y supranacionales inspiradas todas ellas en el dogmatismo ultra-liberal y las catastróficas consecuencias para una gran parte de la sociedad de todo ello, han hecho inevitable que el estallido social se haya ido produciendo y se vaya acrecentando conforme el estado general de la ciudadanía se va deteriorando inexorablemente. Es absolutamente incomprensible que, desde el punto de vista de la política económica y social se sigan aplicando medidas solidificadas en torno a un “pensamiento único” que se ha demostrado históricamente fallido,  y que solo pueden ser entendidas como la aplicación de un inveterado acto de fe o a través de una visión mucho más maniquea del asunto –la intencionada mediación hacia una sociedad de índole orwelliana-, pero que, en cualquier caso, redundan solo en el perjuicio de infinidad de personas.

Produce cuanto menos sonrojo, que los que durante el gobierno del PSOE fueron capaces de echar una y otra vez a la calle a cientos de miles de personas, arropados por la iglesia más reaccionaria con excusas tan manidas como el aborto –jamás se manifestó la misma en los mismos términos durante el gobierno Aznar que mantuvo en vigor la ley durante todo su mandato-, o tan peregrinas como el matrimonio entre homosexuales –la única ley de la democracia que beneficia a unos pocos y no perjudica a nadie-, con la perniciosa intención de fondo de provocar toda una batería de acusaciones contra el gobierno Zapatero en todos sus frentes, puedan acusar a nadie de expresar libremente las terribles consecuencias de una situación provocada por la ineptitud de unos pocos y el vil egoísmo de terceros.

La evolución de los acontecimientos son preocupantes y lo será aún más ante el cariz que puedan tomar las movilizaciones que acabarán devengándose, tarde o temprano, cuando la gran masa adormecida por la industria mediática despierte y sea consciente de todo el cúmulo de tropelías que una clase privilegiada, hábil para manipular hasta convertir en serviles a una deficiente casta de políticos, haya conducido a la fatalidad y a la miseria a millones y millones de personas en todo el mundo en su propio beneficio.

Por último, valdría la pena analizar cierto tipo de encuestas que están apareciendo ahora en muy determinados medios y que avalan empresas, supuestamente, expertas en demoscopia con resultados que pueden variar sensiblemente, dependiendo del promotor de las mismas.  Como la que presentó La Razón el pasado domingo o El Mundo, el día de ayer, en el que parece que una buen número de personas han debido perder la cabeza por entender que las cosas tienen que ser así y que, los ciudadanos de a pie, han de ser los artífices del sacrificio que les pongan el culo a salvo a aquellos mismos que les llevaron a la ruina.

5 comentarios:

  1. Muy bien todo lo que dices. Me parece muy oportuno hablar del 15-M, dada la actitud de los medio de comunicación.
    Un saludo

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  2. Sin lugar a dudas, movimientos como el 15M se enfrentan a poderosos enemigos, esparcidos por doquier incluso en círculos a los que se les presuponen intenciones en pos de la libertad. Aquellos que controlan los medios de comunicación -meros mercenarios a sueldo-, controlan también la opinión pública, la perspectiva de un momento histórico. El dinero y casi el 99% de todo lo que hay en este mundo también reposan en sus bolsillos, lo que no ayuda al cambio.

    Sin embargo, es inevitable el estallido; llega un punto de no retorno en el que la población se enfada y despierta, decidida a llevarse por delante un sistema que no los tiene en cuenta y que los ha traicionado. Esta "revolución" inminente -espero-, puede ser pacífica o sangrienta, eso es impredecible, pero el resultado casi siempre es ceniza y humo. Por desgracia, es costumbre en nuestra especie cantar alabanzas sobre el humo y las cenizas. Y sobre esos mundos caóticos, sobre el polvorín, se erigen nuevos sistemas de cristal, condenados a fallar tarde o temprano... Y el ciclo, una vez tras otra, se repite con aterradora precisión, como si fuéramos personajes de una trágica historia de tintes deterministas.

    Supongo que es un pequeño precio a pagar por seguir vivos y combatir la incomparable fuerza de succión del frío y del olvido, de la extinción absoluta...

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  3. Gracias por vuestros comentarios.

    Efectivamente parece que el citado estallido social es inevitable. Incluso votantes del PP empiezan a darse cuenta con las medidas tomadas por un gobierno que tiene a un presidente que no da la cara y con la bancarrota en la Comunidad Valenciana que en el PP tampoco "se atan los perros con longanizas" como ellos esperaban y desde el propio partido algunos se jactaban.

    Quizá sea este también un motivo para esta nueva campaña de sus medios de comuncicación afines para paliar la caída. Tampoco es la primera vez que ocurre en Europa, nuevos gobiernos que sucedieron a los que la crisis se les vino encima para caer después también defenestrados por la opinión pública ante sus nulos resultados. Y todo siempre consecuencia de lo mismo, el empecinamiento en ese "pensamiento único" basado en el lassez faire que ha traido la ruina al mundo.

    En fin, esperemos que la gente se movilice y, por una vez, la estupidez ceda paso a la sensatez y el sentido común.

    Saludos.

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  4. El movimiento 15-M fue una gran iniciativa que da un poco de esperanza a quienes vemos la situación desesperada. Solo cabe esperar que el movimiento de protesta se acentúe, que se propague por la ciudad como una ola de cambio imparable, de modo que se pueda forzar a las élites a rectificar. Pero creo que el cambio será en definitiva violento, porque el ser humano nunca aprende, siempre repite sus errores a lo largo de la historia.

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  5. No podemos saber, a estas alturas, la dimensión que puedan alcanzar las movilizaciones pero esperemos sean lo suficientemente importantes para ser capaz de alumbrar una nueva clase política o hacer rectificar sensiblemente a la existente, antes que llegar a una tragedia mundial como ocurrió tras la Gran Depresión.

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