jueves, 25 de abril de 2013

6.202.700 parados

Anda uno al 110 % en su negocio apretando los dientes ahora que andamos en plena campaña y no es ya por el trabajo físico sino sobre todo por el psicológico ante “la que está cayendo” y sufrimos todos en nuestras carnes salvo los que ni se enteran ni quieren enterarse. De ahí  que no podamos prodigarnos en esta derrama de ensayos con la frecuencia que quisiéramos, máxime cuando intentamos a través de los mismos y con la objetividad y perspectiva histórica que se merecen darles una cobertura lo más acertada posible.

Y no será por falta de ganas pero hoy no hemos podidos abstraernos de los terribles resultados que ha deparado la última Encuesta sobre Población Activa que se ha dado a conocer. 6.202.700 personas sin empleo, una tasa del 27 %, dos millones de hogares con todos sus integrantes en paro, etc. etc. Desde mucho antes que la burbuja financiera e inmobiliaria estallara y, desde este mismas páginas más recientemente, veníamos advirtiendo que el modelo social y económico que se había trazado a finales del siglo pasado no podría traer más que nefastas consecuencias por cuantos se sostenía en una mera ficción especulativa y crediticia sin un solo apoyo manifiestamente palpable o cierto. Así cuando en 2007 el sistema empezó a hacer aguas por unos u otros motivos, suficientemente explicitados en este y otros numerosos foros, toda esa concatenación de errores mayúsculos acabó desmoronando un gigantesco castillo de naipes que abarcaba a todas las economías occidentales.

Pero, por desgracia, tanto en España como en el resto de sus vecinos y a pesar de los numerosos estigmas afectos al sistema, los responsables tanto del fenómeno como de la acertada resolución del mismo, han seguido aferrados a su propia ortodoxia, a una doctrina neoliberal que raya ya en lo teológico cuando su puesta en práctica supera ya con creces lo que ni siquiera sus primigenios ideólogos se atrevieron a desarrollar en sus escritos a lo largo del pasado SXX. La evidencia empírica de los hechos y los datos resultantes muestran cuan desastrosas son las políticas que se vienen llevando a efecto desde las primeras sacudidas de la crisis, especialmente en lo que a la zona euro se refiere y más particularmente a casos como los de Grecia, Portugal y un largo etcétera donde España parece ser uno de sus puntos culminantes.

Por si fuera poco y ante, como decíamos antes, la evidencia de los hechos esa guarida de malhechores en la que se ha convertido Bruselas, la capital europea, sigue empeñada, erre que erre , en su fundamentalismo dogmático, añadiendo cada vez más exigencias que, sin más remedio, no habrán de causar más que dolor y miseria entre el grueso de la población que les soporta.

¿Realmente estamos soportando los costes por factura de una mera prótesis ideológica? ¿O ante la evidencia de tales desatinos no cabe pensar con mayor certeza que lo que estamos presenciando es el cambio de un modelo de sociedad basado en la solidaridad entre los pueblos por otro donde los vetustos regímenes totalitarios tomen forma ahora bajo el sostén de las grandes corporaciones financieras e industriales?

 ¿Será por eso que tienen tanto interés en acallarnos, poniéndonos por lelos y desaliñados? ¿Hasta cuándo?

"En un tiempo de engaño universal - decir la verdad es un acto revolucionario". (George Orwell)

3 comentarios:

  1. Pero resulta que el calla otorga, y el pueblo español, si no calla, también es cierto que no hace nada, o muy poco, por sublevarse contra esta injusticia. ¿Miedo? ¿Egoísmo para conservar lo poco que uno tiene? ¿Imposibilidad de reacción? Si el pueblo hiciera huelga de consumo es muy posible que les bajara los humos a los ricachones capitalistas.

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    1. Sí, claro que se pueden hacer cosas y lo que tu apuntas es una más. En fin, veremos a ver donde nos conduce todo esto y a ver que hace la gente.

      Un saludo y gracias por seguir ahí.

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  2. Estamos ante unos mentirosos que solo obran en provecho propio. Todos saben que con la austeridad no se llega a ninguna parte, pero es una excusa perfecta para, entre otras cosas, privatizar todo en beneficio de las empresas. ¡Qué suerte han tenido el FMI y la OMC, dejando sl sector bancario todas las barbaridades que ha querido y diciendo que el mundo se vendría abajo si los ciudadanos -¿qué ciudadanis?- no acudian a su rescate!
    Dicen que lo mejor que sabe hacer el demonio es pasar desapercibido. Así ha hecho los actuales instituciones internacionales, engañándonos con eso de que nuestra calidad de vida aumentaba. ¿Cuántos ciudadanos saben cómo realmente funciona, por ejemplo, la Organización Mundial de Mercado? Son muchos los ciudadanos que creen que todo pasará y que no consideran necesario cambiar nada.
    Un saludo

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