Bolivarianos

Hace bien poco que mi amigo Pepe y yo nos sonrojábamos viendo viejas y algunas no tanto, fotografías de visitas que realizó a las tierras de sus orígenes tan insigne personaje como Fidel Castro y que tuvo siempre de encomiable anfitrión a Manuel Fraga Iribarne. Huelga decir la equidistancia política entre ambas partes, tanto como para no tachar este asunto más que de otra anécdota de la historia,  sobre todo cuando uno de los encausados, hace tiempo que dio con sus huesos en tierra y el otro anda presto a la misma tarea.

Pero mira por donde, "maldita hemeroteca", El Objetivo nos recordaba la noche del domingo en televisión unas imágenes de Pedro Morenés, nuestro actual Ministro de Defensa, cuando en el ejercicio de sus funciones, hace poco más de dos años cuando al 15M se le creía derrotado y de Podemos no se sabía nada, desde la tribuna de oradores del congreso, defendía a capa y espada la autorización de venta de material militar español a "nuestro gran amigo Hugo Chávez", citando palabras textuales. A pesar de la larga y controvertida trayectoria de este al frente de su país, de sus encontronazos con el gobierno de España –os acordaréis del “por qué no te callas”- y de toda la batería de acusaciones y reproches cruzados de uno u otro lado.

No todo y con eso, hace solo unos meses,  también el gobierno de Mariano Rajoy ha autorizado, a pesar de lo que dictan las leyes españolas que prohíben la venta de material de estas características a países que "violen los derechos humanos", la venta de material anti disturbios a la policía venezolana.

Dirá el pueblo venezolano que jamás hubiera pensado estar tanto en candelero en esta España nuestra convertida, una vez más con episodios como estos, en un país de chufla y pandereta. Criticaba Bob Dylan en su juventud y en sus canciones a aquellos que “con una mano firmaban tratados de paz y con la otra le vendían armas para que se siguieran matando”. Parece ser que, en ese aspecto, la política no ha cambiado nada en todos estos años.