Al margen de toda la
interminable letanía de corruptelas a las que nos tiene acostumbrada nuestra
clase política, habría que añadir
también todo un largo cúmulo de despropósitos a los que, por mucho que nos pese, no acabamos de ver el
final.
Andaba uno el otro día
esperando el pase de “Birdman” en el cine cuando, tras apagarse las primeras
luces de la sala, un sobresalto me hizo
agarrarme con firmeza a la butaca y quedéme estupefacto del susto, deslumbrado por el fulgor casi insolente de, nada
más y nada menos, el presidente de la Junta de Extremadura o "gobierno
de", que creo que así es como ahora se le reclama.
Sí, hay estaba el ínclito
J. A. Monago trotando por un trozo de nuestra tierra, vestido de verde
fosforito y como si con él no fuera la cosa, mientras nos contaba los méritos
de su excelencia al frente de la ínsula extremeña. Como si fuera nuestro padre
redentor y nos animara a seguirle en su magna epopeya.
No se yo bien el sentido
de tamaña ocurrencia más allá de los de la propaganda más grotesca ahora que el
viento electoral se acerca. Pero visto lo de este hombre está claro que su
protagonismo le ciega, si no acuérdense del lío de Canarias y del charco en que
se enfandangó sin que nadie se lo pidiera.
En política, la memoria es corta. Se actúa como si no hubiese pasado nada... y la gente vota. Casi parece que premiamos a los charlatanes... y mientras suscribo esto, Mariano Rajoy está hablando de esfuerzos y de que todo va a mejorar con las nuevas reformas de rebaja fiscal. Llegan las elecciones, llega el miedo a perder, y hacen lo que haga falta. Vergonzoso.
ResponderEliminarEn el spot Monago dice algo así como: Nosotros no solo "podemos", si no que "lo hacemos".
ResponderEliminarVamos "podemitis" total. Vergonzoso.