viernes, 17 de abril de 2015

Del mito a la caída

Siempre estuve en las antípodas del pensamiento político de Rodrigo Rato. Todavía lo recuerdo en la tribuna del Congreso,  en su época como "superministro" del gobierno Aznar, alardeando de que España brillara en lo más alto al haber logrado el tan manido déficit cero en sus cuentas públicas y se encaminaba hacia el superávit económico.

Algo que no entendí y menos aún he compartido nunca mientras un solo ciudadano de este país estuviera necesitado y falto de una plaza en una residencia, en una larga espera para una debida atención médica, una mente capaz no tuviera la posibilidad de desarrollarla o cualquier otro tipo de atención social o servicio público.  No digamos ya, a estas alturas, cuando entre unos y otros y otras tantas barrabasadas, han logrado incluso que un activo como es el trabajo ya no te exima de la pobreza.

Pero lo que nunca llegué a imaginar es que Rodrigo Rato, todo un ministro de economía, vicepresidente del gobierno, director gerente del FMI y presidente de Bankia no solo fuera un  vehemente iluminado de la doctrina neoliberal si no, además, un maldito estafador y un "presunto" delincuente.


3 comentarios:

  1. Es un real delincuente. Leí en cierto sitio que los peores delincuentes son aquellos que aparentan ser buenas personas, porque estos engañan a todo el mundo. Este Rato ha resultado ser de lo peor, la personificación del capitalismo en su más pura esencia.

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  2. En España no hay pobreza, que hay dinero para Rato. Bueno, es que lo "normal" suele ser que los poderosos metan la mano en el saco para sacar billetes, ya que están ahí por un motivo, y no es altruista. Tendremos que seguir tolerando esto mucho más, si es que se animan a sacar de la cueva al resto de los ladrones.

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  3. Gracias a ambos por vuestros comentarios.

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