Mientras Europa, como es habitual, se debate con el sexo de los ángeles es posible que esté al llegar una nueva recesión económica que, a juicio de muchos, puede ser peor incluso que las de 2007/8. Las petroleras que se estaban sosteniendo con sus cotizaciones en Bolsa, han visto como han caído éstas en los últimos meses por valor de medio billón de dólares. Ya ha habido subastas de petróleo "negativas" y, en cualquier caso, el precio del barril está por los suelos. A la vez la economía china se ralentiza, Europa no despierta de su letargo inmersa en sus políticas de austeridad y Estados Unidos no es capaz, por sí solo, de tirar de la economía mundial.
Todo un cóctel explosivo propiciado por un cambio de rumbo del modelo económico desde hace más de dos décadas donde solo prima el cortoplacismo, la rentabilidad inmediata basada en la especulación y la ingeniería financiera y una nueva redistribución de la riqueza, auspiciada por la reducción -llámese moderación-, salarial a las clases trabajadoras y un nuevo modelo fiscal que apabulla a las clases medias y rebaja las cargas sobre las altas. Lo que da lugar a una concentración cada vez más limitada de la riqueza y la reducción del capital disponible para la mayor parte de la población.
El resultado de dichas políticas, intensificadas en especial por la Unión Europea, salta a la vista y han provocado un irremediable hundimiento de la demanda que está paralizando la actividad industrial y desplomando el precio de las materias primas. No hay que ser Premio Nobel para darse cuenta que la clase política debe cambiar de manera más que sensible este modelo y recobrar el espíritu de la posguerra evitando tales desequilibrios y posibilitando una más justa redistribución de la riqueza generada. Manteniendo a su vez un cierto control, dentro del libre mercado, que equilibre la oferta y la demanda en un marco económico sostenible.
Con ello aumentará el poder adquisitivo de las familias lo que hará que se incremente la demanda y para lograrlo deberán dictarse normas que, de entrada, reduzcan el inmenso poder acumulado por el mundo financiero y sea capaz de reorganizar la producción industrial en todo el planeta. Dicho de otro modo, que el concepto de Globalización resulte verdaderamente positivo para todos.
Fuente: El País.Economía
Esta clase política no tiene que cambiar nada , lo que hay que hacer YA es cambiarlos a ellos . Saludos
ResponderEliminarQue así sea!!!
EliminarSe está repitiendo en cierta manera lo del 29. Ahora vendrá lo crudo, diez años después, y ya veremos dónde acaba.
ResponderEliminarPero no olvidemos que los gobiernos están oprimiendo deliberadamente a la sociedad porque no es sostenible una sociedad rica. El problema de superpoblación derivado de un bienestar generalizado acabaría por condenar irremisiblemente el planeta.
Si no es por ese motivo, no es explicable esta conducta de locura político económica. Por supuesto, de los políticos nada espero, ellos pescan salmones muertos, arrastrados por la corriente. Son los adinerados y silenciosos los que manejan el tren, y van siempre dos pasos por delante.
Un saludo.
Hombre Oscar, está históricamente probado que el hombre es el único animal que tropieza en la misma piedra... pero esperemos que seamos capaces de parar semejante desatino. Si que hay una cuestión muy preocupante y son las redes sociales y su capacidad de crear círculos con una extraordinaria capacidad de radicalización. Veremos.
EliminarLo que hay que cambiar es de modelo económico-social y abandonar la democracia representativa. Estoy de acuerdo con quien dijo que el siglo XXI será el siglo de los ciudadanos o no será. Hace falta emponderar a los ciudadanos, y no estar siempre de lo que dicen los economistas ortodoxos.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Juliana. Pero no es nada fácil. Hay una buena parte de la población ensimismada con el "esto es lo que hay" y que cualquier pensamiento que quede a la izquierda de la ortodoxia liberal resulta "radical y antisistema". Y parecen irreductibles por muchas evidencias que se les presente.
EliminarNo valen remiendos, hay que demoler la casa entera.
ResponderEliminarQuizá, Lorenzo, quizá.
ResponderEliminarUn saludo