sábado, 28 de octubre de 2017

21 de Diciembre


En verdad, es imposible sustraerse a enjuiciar de alguna manera los puntos más álgidos de todo este larguísimo folletín que desde el primer momento se convirtió la cuestión catalana o lo que numerosos medios, probablemente interesados en incendiar el asunto en busca de mayores réditos, llamaron "el desafío soberanista".

Desde el principio y de esto han pasado años, se adivinaba con bastante claridad que tanto el órdago como la respuesta a dicho envite respondían más a intereses electorales de cada parte que, de paso, venían a tapar también las miserias del PDeCAT y las de Rajoy y sus secuaces del PP. Pero el nacionalismo, cuyo principal argumento se limita a lo emotivo, es uno de los peores males de la historia de la humanidad por cuanto acaba destapando lo peor de las personas que es lo que ha venido a pasar entre los propios catalanes y entre españoles y éstos, en un proceso que se antoja a estas alturas difícilmente reversible.

La famosa declaración unilateral de independencia no ha servido de nada ya que, al margen de cuestiones incluso legales, para que haya independencia tiene que haber reconocimiento y en este caso todo el mundo sabía que Cataluña no iba a obtenerlo de esta manera en ningún país de nuestro entorno, como de hecho así ha sido. Y lo ha sido, sobre todo, porque ha tomado como base una pantomima de referéndum que, al margen igualmente de que no fuera legal, no tenía ninguna validez al no contar, ni de lejos, con las garantías debidas.

Pero lo hecho, hecho esta y aunque solo nos sirva para aprender de nuestros errores –algo que el ser humano se encarga siempre de desmentir volviendo una y otra vez a tropezar con la misma piedra-, tenemos que seguir mirando hacia adelante y ahora nos queda por ver cuál va a ser el próximo episodio de esta historia. Por el momento, parece que Rajoy, por primera vez desde que tuviera la desastrosa idea de denunciar el Estatut en la forma que lo hizo en 2006, ha acertado o ha decidido lo menos malo que se podía hacer para encauzar el problema y que no es otra que convocar elecciones autonómicas en la primera fecha que se podía hacer, el 21 de diciembre próximo. A buen seguro que muy en contra del ala dura de su partido que es quién hasta el momento había dirigido la situación y en la que probablemente haya tenido mucho que ver la presión del PSOE que, aunque errática y sorprendente una vez más en un partido que se autodefine como republicano y de corte federal, en ese sentido parecería más juiciosa y, por último, la de Ciudadanos, aunque es obvio que por motivos muy distintos fruto todos ellos de un más que claro cálculo electoral. Y es que el caso del partido naranja resulta cada vez más llamativo ya que desde que irrumpió en la arena de la política nacional con cierta consistencia, hace poco más de dos o tres años, ha pasado de autodefinirse como un partido de centro-izquierda, a situarse en la práctica para asuntos como éste a la derecha del PP.

¿Qué puede ocurrir ahora? Algunas voces en el bloque independentista habían advertido que no se presentaría a unas elecciones si estas fueran convocadas por el gobierno central pero, si aún les queda algo de sentido común, ello quedaría fuera de toda lógica ya que el resultado de las mismas poco o nada tendría que ver con la realidad social de Cataluña. Así que puestos a imaginar la situación más juiciosa, lo que queda por ver es qué ocurrirá, según sea el resultado de dichas elecciones.

En el caso de que se diera una mayoría favorable a los que quieren permanecer en España, sin duda, el camino se allanaría en buena parte, aunque a fuerza de ser sinceros no poco arduo dada la confluencia previsiblemente necesaria entre partidos de muy diferente significación ideológica. Pero si resultara vencedora de nuevo la opción independentista, habría que asumir de una vez por todas la realidad manifiesta del pueblo de Cataluña y sería inevitable por parte del gobierno del PP la necesidad de las modificaciones legales necesarias para celebrar el tan manido referéndum de auto-determinación. Y, llegado ese extremo, asumir con la mayor naturalidad su resultado.

En definitiva, es el pueblo catalán el que vuelve a tener la palabra como no puede ser de otra manera en una sociedad avanzada lejos de cualquier otra intención que conlleve al fanatismo y por consecuencia a la violencia y está en manos de la clase política, de una puñetera vez, actuar en la forma juiciosa que se le presupone.

7 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en algunas cosas de las que dice , en otras no . Estoy de acuerdo si le quitamos " el de paso " en lo de tapar las miserias de Convergencia , del 3% , del Palau , de los Pujol y las muchas del PP . También estoy de acuerdo en lo de que el nacionalismo es una de las peores cosas de la humanidad . También en lo de que esta declaración de independencia no sirve para NADA . Tampoco en que esta decisión que ha tomado sea la menos mala . Tampoco en que haya sido en contra del ala dura de su partido por la sencilla razón que no hay ni ala dura ni ala blanda ,Rajoy es Rajoy y punto . Tampoco y mucho menos por la presión del PSOE , en primer lugar por lo dicho anteriormente Rajoy es Rajoy y solo EL y despues porque el PSOE NO esta en condiciones de presionar a nadie , simplemente Rajoy ha utilizado una vez mas al PSOE para debilitarlo si es que ya no estaba lo suficientemente debilitado , tiempo al tiempo . Y tampoco que el PSOE se haya autodefinido republicano , en múltiples ocasiones dos de sus miembros mas " destacados " como González y Guerra han dicho públicamente que el PSOE es un partido ACCIDENTALISTA .Tampoco en que Ciudadanos sea un partido de centro - izquierda , simplemente esta situado donde sus DUEÑOS le han dicho que lo haga . Y para terminar lo que suceda a partir de ahora NO lo saben ni ellos .Un cordial saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por su comentario

      En cuanto a lo que podamos estar en desacuerdo, el que el PSOE haya podido influir en la decisión de Rajoy, no deja de ser una elucubración mía quizá por la necesidad de los socialistas de hacerse notar en una crisis en la que más bien han parecido desaparecidos. Si bien es cierto, como Ud. bien dice que Rajoy, aunque pueda parecer un político sin ningún carisma, si que da la sensación que ejerce en el PP con un poder absolutamente autoritario. No sabemos si porque realmente lo sea o por el carácter presidencialista del partido así lo asuma. En cuanto al PSOE, la verdad que no recuerdo haber escuchado esa acepción de "accidentalista", aunque no encajaría nada mal en un partido que no sabemos ni dónde está, ni a dónde va y cada vez me pone más en duda de dónde viene. Y en lo que se refiere a Ciudadanos sólo me he referido que, para sorpresa de propios y extraños, hace poco más de dos años, cuando el partido empezó a gozar de cierto interés a nivel nacional, en su página web se autodefinía como partido de "centro-izquierda". ¡Qué cosas!

      Un saludo.



      Eliminar
    2. Por poner solo una de las muchas ocasiones en que tanto Felipe como Alfonso dijeron lo de accidentalista . 10 de junio de 2014 , entrevista a Felipe González en una emisora de radio colombiana del grupo PRISA dijo textualmente " Los socialistas no somos republicanos , siempre hemos sido accidentalistas " .También yo personalmente he oído lo mismo a Alfonso Guerra en entrevistas y tertulias en España no recuerdo en estas ocasiones ni las fechas ni los medios , pero en la Prisa de Colombia si porque fue la primera vez y me llamo mucho la atención , también recuerdo a Felipe González decirlo en España en algunas ocasiones mas , Busque usted si lo cree conveniente el significado de accidentalista en POLITICA . Y respecto Ciudadanos seguro que en su pagina web pondría lo que usted indica , no tengo la menor duda . Ciudadanos dice lo que mas le convenga en cada momento , pero hay una GRAN diferencia entre lo que dice y lo que en realidad hace , sobre todo en sus votos en el Congreso de los Diputados . Solo por citar a uno de sus " destacados " , busque usted la vida y milagros tanto como político como en su etapa de periodista , me refiero " al flamante " señor Juan Carlos Giurauta Saludos cordiales

      Eliminar
    3. Francamente, no conocía el término pero, a fuerza de ser sincero, entendía lo de “accidentalista”, como una forma de entender un partido político que, desde un singular punto de vista, ideológicamente se va adaptando a los tiempos y es capaz de renunciar a sus principios elementales. Pero cual es mi sorpresa cuando consulto el mismo y la definición de Accidentalismo en política dice: “la doctrina que considera irrelevante la forma de gobierno que en un país se haya dado, ya sea monarquía o república”. Vamos que a partir de ahí, en el caso de un partido que entre sus siglas cuenta las de “Socialista” y “Obrero”, huelga cualquier comentario.

      Y con respecto a Ciudadanos resulta extraordinariamente chocante, por decirlo de una manera muy suave, la enorme distancia entre lo que dice y lo que hace. Y lo de Girauta, pues ya me dirá, del PSOE a Cs y pasando por el PP. Sin comentarios.

      Eliminar
  2. Por mi parte, lo peor es esa vuelta a las banderas, los himnos, los nacionalismos, ...

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las banderas , los himnos y los nacionalismos no se han ido nunca , desgraciadamente . Saludos

      Eliminar
    2. Pues sí Juliana pero como bien dice galanygarciah quizá los nacionalismos no se hayan ido nunca. Quizá sean como ese animal dormido que sólo necesita que se le espoleé en un momento determinado para despertarse. Y no hay mejor caldo de cultivo para ello que una crisis económica de la profundidad y dimensiones de la actual que ha dado al traste con las clases medias y hundido a las clases trabajadoras.

      Gracias y un saludo.

      Eliminar