Comienza un nuevo curso político que de no haber milagro de por medio va a seguir la misma trayectoria que lo andado desde las elecciones de 2023.
Acosados por una corrupción casi endémica, ahora también por el llamado virus de la “curriculitis”, PP y PSOE son pasto de esa nefasta corriente que ha tomado cuerpo nuevamente en Europa y también en buena parte de occidente con clara reminiscencias a los movimientos fascistas de hace un siglo.
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