En su último sondeo del mes de Junio, el CIS coloca como
primer problema para los ciudadanos de este país el desempleo, como no podía
ser de otra forma. Pero lo más significativo de esta encuesta es que ya los
políticos y la política representan para esa misma ciudadanía el segundo
problema más importante de España. Para Metroscopia, en su sondeo
del mes de Mayo, el Partido Popular obtendría, porcentualmente, la mitad de
los votos que obtuvo en las últimas elecciones generales, es decir el 22.5 %,
frente al 44.6 % que tuvo entonces, mientras que el PSOE se mantendría en el
20.8 %, o lo que es lo mismo es incapaz de superar su paupérrimo techo
electoral de las últimas elecciones.
Podríamos seguir arrojando más datos a estos respectos pero
la obviedad se hace incuestionable y no es otra que el pueblo, el verdadero
adalid de la democracia, ni está con sus políticos ni aprueba de lejos la
gestión de los mismos. Si bien podríamos achacar a la crisis económico-social
que viene asolando de manera muy especial a las clases medias y bajas, desde
que aflorará esta hace ya seis larguísimos años, la causa de estos terribles
resultados, en el caso de España habría que añadir el devenir de lo que se ha
venido en denominar “la casta política”, no solo por sus responsabilidades frente
a la crisis si no al respecto de un numero interminable de casos de corrupción
que ponen en entredicho la calidad de nuestro modelo democrático. Dándose
además por consumada una expresa manipulación normativa y legislativa en
beneficio de un sistema bipartidista diseñado para quedar al margen al resto de
opciones políticas.
La crisis ha venido a destapar toda una serie de conductas
de los principales partidos políticos, mayoritariamente entre los dos que se
vienen alternando en las tareas de gobierno desde la consolidación de la democracia,
PSOE y PP, además de en numerosas instituciones claves de este país hasta
llegar a la propia Casa Real que están provocando auténtica repulsa en el
grueso de la población. Sería innumerable la relación de todos estos casos
pero, lo que vienen a demostrar hoy en día, más aun en las circunstancias
actuales con sumarios tan tremendos como los de la Trama Gürtel, los ERE de
Andalucía o el Caso Bárcenas y las despreciables reacciones de unos y otros para
con la opinión pública –muy especialmente cuando se trata del partido de
gobierno-, es que dichos partidos han venido edificando un sistema donde la
democracia ha quedado secuestrada dentro de sus inmensos aparatos, ha quedado
supeditada a sus intereses de partido y particulares de sus representantes,
dejando de lado los intereses del pueblo y poniendo estos en manos de grandes
corporaciones financieras e industriales para hacer y deshacer a su absoluto
antojo.
Depositar una papeleta cada cuatro años en cualquier proceso
electoral se ha convertido en el último reducto de democracia que parece haber
quedado en este país aunque, en cualquier caso y ante las flagrantes evidencias
de que los programas electorales no pasan de convertirse en papel mojado un
solo minuto después de producirse su recuento, dicho voto acaba siendo considerado
como un cheque en blanco para aquel que lo recibe.
Son de sobra conocidos casos en otros países de nuestro
entorno donde un ministro ha dimitido por enmascarar una multa de tráfico, por
utilizar influencias por enchufar a un amigo o por haber falseado su currículum
escolar. En España tenemos al partido de gobierno envuelto en una trama
multimillonaria de financiación ilegal, con dadivas que rayan hasta lo
estrafalario y ante lo cual sus máximos dirigentes se pasan el día echando
balones fuera –cuando se dignan a responder alguna pregunta sobre ello-,
cayendo en continuas contradicciones y con el mismísimo presidente del gobierno
escondiéndose, día sí y otro también, para evitar ser preguntado al respecto.
Por su parte, el principal partido de la oposición es vapuleado
por la opinión pública ante otra trama multimillonaria por el caso de los ERE
de Andalucía donde inmensas partidas de dinero fueron a parar a manos de
destacados miembros del mismo mientras, en el mejor de los casos, sus
principales responsables miraban hacia otro lado.
Pero al contrario de cómo ocurre en esas otras democracias
aquí, que diría mi madre, no se va ni el tate!
Claro que no debería favorecer a la actual situación
económica del país y con un futuro más que incierto, la dimisión en pleno del
gobierno y la convocatoria de elecciones generales. Pero cuando este ha perdido
la confianza del pueblo de forma tan mayoritaria y los escándalos que lo
envuelven han alcanzado tales dimensiones que resultan absolutamente
insoportables para el acontecer de la nación difícilmente puede caber otra salida. Las
encuestas son absolutamente concluyentes: los ciudadanos de este país no
confían en sus políticos y menos aún que vayan a sacar al mismo de esta
tremenda crisis. Es más, si cabe todo lo contrario, una buena parte creemos que la persistencia de
esta casta en sus cargos solo está causando más y más daño a la nación.
Y ahora viene la gran pregunta ¿qué podría ocurrir después?
Es obvio que debería abrirse un proceso rápido, en primer lugar de “obligatorias”
primarias en todos aquellos partidos con aspiraciones de gobierno. Impedir por
vía legal que todos aquellos políticos que estén inmersos en cualquier proceso
judicial, en cualquiera de sus formas, puedan formar parte de candidatura
alguna. Y con un mandato expreso para los nuevos gobernantes, modificar de
inmediato la Constitución Española y dictar las leyes necesarias para impedir
que pudieran darse situaciones como las que se están dando y que el pueblo
pueda y deba de tener una sensible participación en la toma de decisiones
trascendentales para su presente y futuro.
Y aguantar estoicamente el chaparrón de esas sanguijuelas a
las que llaman mercados que por boca de la troika hacen del uso y abuso de los
recursos del pueblo su merienda diaria.
En definitiva, cambiar de arriba abajo todo nuestro modelo
electoral, legislativo y parlamentario donde la política de verdad, la POLÍTICA
con mayúsculas, tuviera el sitio que le corresponde y por supuesto fuera de un
sistema como el actual donde los partidos políticos han hecho del parlamento y
de todo este país su cortijo.
Muy buen artículo. Esa gentuza, hablo de los políticos, debe ir a la cárcel inmediatamente. Han vendido a su país a los mercaderes. Es un delito de lesa traición al país. Por menos, ya los hubieran fusilado en otro tiempo.
ResponderEliminarSin duda, sin duda Lorenzo que, en otro tiempo, ya habrían pasado muchos de ellos por la fuerza de las armas.
EliminarAfortunadamente esos tiempos pasaron pero, como por desgracia, suele ocurrir también se ha pasado de un extremo al otro donde, desde los que han provocado esta crisis como los que la continuan y dilatan intencionadamente y los que por error u omisión no son conscientes de los males que están causando al pueblo, se acabaran yendo, todos ellos, de rositas. A lo más sufriran algún castigo electoral pero de paso, se habrán llevado por delante la vida e ilusiones de millones de personas por delante.
Un saludo.
Que esta casta infame de políticos corruptos tiene que pagar por sus crímenes contra la población es evidente, e imprescindible. La democracia, si quiere existir como tal, no puede erigirse sobre corruptelas, tratos de favor y, en general, intereses económicos. Lo primero es el pueblo y a él se deben, idealmente.
ResponderEliminarNo obstante, me reafirmo en mis ideas de que ellos bien saben lo que están haciendo, aunque aparentemente les perjudica. De ahí que, a buen seguro, planean algo de lo que los ciudadanos nada sabemos -ni intuimos-. Y ello me causa desconfianza, porque no sé por dónde nos quieren llevar ni si dentro de unos años la libertad será una leyenda propia de cuentos fantásticos.
Buen artículo, como es costumbre. Un saludo.
Gracias Oscar
EliminarEse argumento, manido en muchos casos, de que tal modus operandi pudiera perjudicar a la larga a todos, incluyendo al gran capital causante de esta crisis, realmente no sirve más que para justificar las acciones del presente para un futuro incierto. Pero, por recurrir a una expersión popular, "la vela que va delante es la que alumbra", el egoismo y la avaricia no conoce de futuros próximos o lejanos sino casi,de manera exclusiva, solo ve y vive para el presente. Y la realidad es que este presente esta haciendo que la diferencia entre ricos y pobres se ha vuelto a ensanchar consecuencia del modelo económico existente, por lo que la cantidad de riqueza disponible, según muestran todos los indicadores mcacroeconómicos, se esta acumulando cada vez en mayor medida en unas pocas manos por lo que, sin duda, mientras la situación les favorezca no harán nada por permitir cambio alguno en el mismo.
Con respecto al fin de la libertad y la democracia, es obvio que una cosa lleva a la otra y si el pueblo no es capaz de evitar que las decisiones improtantes se tomen en exclusvia desde los focos del poder de forma subjetiva e interesada y dicho poder cada vez se reparte entrre menos personas, al final la libertad y la democracia desapareceran, al mejos tal y como la deseamos. A los más dispondremos de una libertad "vigilada" como ya pronosticaron muchos autores hace una pila de años como consecuencia de la deficiente distribución de los beneficios de la revolución industrial y tecnológica.
Un saludo y gracias por seguir ahí.
En mi opinión sucede lo siguiente: los banqueros y las multinacionales saben muy bien que el chollo se les acabará algún día (aunque solo sea por el agotamiento natural de los recursos y por el fin de la era del petróleo); entonces han decidido iniciar una contrarreloj: explotar el máximo en un mínimo de tiempo, porque el tiempo del saqueo tiene los días contados, no por los hombres, sino porque el propio planeta dirá basta. Y como esto es tan obvio y tienen, a la vez, una mentalidad tan depredadora, a la par que codiciosa, se han lanzado a fondo en la rapiña. Saquean países enteros, esclavizan a miles de millones de personas en el mundo, y se dan prisa, mucha prisa, pensando que después del petróleo ellos serán los dueños de todo lo que quede en pie, y harán con la humanidad lo que les dé la gana. Obviamente, cuando vengan mal dadas, montarán una guerra con el fin de exterminar a dos tercios de la población, porque eso es lo que les convendrá a ellos cuando la gente ya no pueda seguir consumiendo. No olvidemos que si hemos llegado a ser tantos en el planeta era solo porque eso era lo que le convenía a las multinacionales, por un lado tenían consumidores a manos llenas; por otro, esclavos en los países pobres para producir a un coste mínimo.
EliminarA la vista de lo que esta sucediendo y echando un repaso a como ha venido evolucionando el modelo económico en las dos últimas décadas, parece que lo que, con tanta claridad, desarrollas en tu comentario Lorenzo, resulta evidente.
EliminarY con respecto a un posible conflicto bélico en el futuro a costa de todo esto, no sería la primera vez y la historia esta llena de ejemplos en que los intereses económicos han sido arte y parte en muchos de los mismos. Por citar el primero que se me viene a la cabeza, en la actualidad la mayor aprte de historiadores concuerdan que el verdadero motivo de Las Cruzadas no fueron cuestiones religiosas que, a lo más, solo sirvieron de pretexto. Lo que se trataba de controlar era el tráfico de mercancias ente Asia y Europa, en un paso estratégico en el mundo como lo era en ese momento el Oriente Medio.
Un saludo.
Por mi parte, hay que distinguir dos niveles, intimamente interrelacionados entre sí.
ResponderEliminarUno es el que hace referencia al nulo comportamiento democrático de nuestros representantes. Creo que ya conocéis mi punto de vista al respecto: gobierno por consenso, Sin embargo, reconozco que el cambio no es fácil. La primera dificultad se encuentra en los ciudadanos, acostumbrado a que todo se lo den hecho y protestar -sienpre no demasiado- a posteriori. Por ahora creo que la mejor opción es la que defiende el partido X o partido del futuro. Aconsejo informarse bien.
Muy importante es el segundo nivel, representado por un sistema económico incompatible con la democracia, injusto (hasta llegar a ser inhumano) e insostenible, tanto desde el punto humano como medioambientalmente. Un sistema económico capaz de obligar a los gobiernos a cumplir sus directrices y convertir las democracias en plutocracias. Ese sistema ha establecido que el rescate a los bancos (debe quedar claro que el único culpable de la crisis es el sector financiero) corra a cargo de las clases bajas y media, y el que se va a adueñar de todas las empresas nacionales, incluidas la de salud. (Solo tendrán acceso a buenos servicios de salud los que tengan dinero, a pesar de que la salud es un derecho humano) No considero oportuno extenderme más, excepto decir que el sistema se está, descaradamente, aprovechando de la ignorancia de una parte importante de los ciudadanos, los que no hacen mucho que decían que a ellos no les interesaba la política.
Un cariñoso saludo
Juliana, no tengo muy claro yo esto del Partido X. No me gusto la forma en que se rpesento ya que lo vi más rayano a un espectáculo televisivo que a un tema tan serio y en un momento tan complciado como este. No digo que no pueda estar con ello pero, por el momento, debo informarme más.
EliminarCon respecto al resto de tu excelente comentario, poco más que añadir quizá solo, lo que ya hemos comentado en otras ocasiones, no podemos de dejar de achacarle también su parte de responsabilidad a tanta gente que por desidia, desinterés, ignorancia, exceso de confianza e incluso por sus pequeñas o más grandes dosis de vanidad y avaricia, también han permitido que se haya llegado a tal deterioro de nuestra sociedad.
Un saludo.