A estas alturas del metraje,
nadie pone en duda que el Real Madrid y el F.C. Barcelona, gozan de enormes privilegios frente al resto
de los clubes de la Liga de Fútbol Profesional española. En primer lugar por no
haber sido obligados al unísono del resto a convertirse en sociedades anónimas
en su día, a causa de una normativa legal hecha a su medida, lo que les permite permanecer como
asociaciones deportivas ¡¡sin ánimo de lucro!! que, en la práctica, les hace gozar de una
buena dosis de impunidad legal. Y, segundo, por ser los grandes beneficiados de
un disparatado y único reparto televisivo de las aportaciones de las TV como no
se da en ningún otro país de entre las grandes ligas europeas. Lo que ha hecho
-salvo el honroso y excepcional caso de la temporada pasada-, que allende de
nuestras fronteras y como ocurre con la liga escocesa, los diferentes torneos
que se celebran en España se vean menospreciados ante su falta de
competitividad.
Todo esto, a pesar de que un tribunal haya paralizado la reforma del
Bernabeu, eso sí a instancias de las
instituciones europeas, o que el Barça tenga que pasar por los tribunales por
una práctica tan fraudulenta como común en las contrataciones de los jugadores
del depravado entramado futbolero español,
solo como una consecuencia de rencillas internas.
Pero, en cualquier caso, tales antecedentes no justifican que una muchedumbre se haya echado a la calle en la ciudad de Murcia para que la hacienda pública haga la vista gorda ante la deuda contraída por el club capitalino y ello le permita mantener la categoría. Lo que resulta aún más inexplicable al tratarse de un deporte donde, especialmente, en su entorno profesional, la dignidad y la decencia suele brillar por su ausencia. Y esto lo suscribe, como saben quienes frecuentan este blog, un seguidor del At. Madrid que padece como aficionado, los sórdidos intereses de los propietarios de este.
Pero, en cualquier caso, tales antecedentes no justifican que una muchedumbre se haya echado a la calle en la ciudad de Murcia para que la hacienda pública haga la vista gorda ante la deuda contraída por el club capitalino y ello le permita mantener la categoría. Lo que resulta aún más inexplicable al tratarse de un deporte donde, especialmente, en su entorno profesional, la dignidad y la decencia suele brillar por su ausencia. Y esto lo suscribe, como saben quienes frecuentan este blog, un seguidor del At. Madrid que padece como aficionado, los sórdidos intereses de los propietarios de este.
Había que ver cuántas de estas voluntariosas personas han
salido a manifestarse en otras ocasiones cuando hayan sido convocadas en pos de
la dignidad del trabajo, de los derechos perdidos, de la justicia y, en general, contra esta
crisis que, seguro, a muchos de los que estuvieron ayer en la calle para
implorar por la salvación del equipo murciano, les ha arrebatado algo o pasado
factura de alguna manera.
Cuándo acabaremos de enterarnos que los clubes de fútbol profesionales solo
se representan a sí mismos y en todo caso a sus socios o propietarios y nunca a
la comunidad donde se radican ya, que de ser así, no incurrirían en las
arbitrariedades y los obscenos disparates que presenciamos cada día de su obra
y parte.
Hay tantas noticias día a día, cada cual más absurda, que para conservar la esperanza en la humanidad hay que estar hecho de una pasta muy, muy especial. Los equipos de fútbol profesional son sociedades con ánimo de lucro y que encima se aprovechan de la necesidad social de una válvula de escape; los gobiernos lo saben y les dan un poco de manga ancha. Lo que no es de recibo es que la gente se preocupe más por una empresa "privilegiada" que por sus derechos sociales.
ResponderEliminarNo, si al final va a ser verdad eso de que "tenemos lo que merecemos"...
Sí que es verdad. En el fútbol -y yo eso lo vivo con cierta intensidad-, se dan contradicciones de lo más absurdo y recalcitrantes. Personas con auténticas dificultades para llegar a final de mes y, sin embargo, defienden lo indefendible en ese estrafalario -por llamarlo de una manera más dulce-, universo futbolero.
ResponderEliminarNuestra Peña, precisamente, resulta algo atípico en ese sentido y, afortunadamente también, hace tiempo que superamos ese ardor más allá de lo meramente deportivo y sí que nos ha servido para formar un fenomenal grupo de amigos con el que nos divertimos y vivimos auténticas aventuras en las que, por un momento, nos olvidamos de los problemas del día a día.
Un saludo.