martes, 14 de junio de 2011

19 de Junio

¿Qué será del 15M? Esta es una pregunta que nuestros queridos tertulianos de la radio o la televisión se hacen continuamente; que si se van a constituir en un partido político o no, si están manipulados, cuáles son sus objetivos… lo cual no deja de resultar sorprendente cuando la mayor parte de sus reivindicaciones, han sido propuestas también por ellos mismos una y otra vez. ¿Es que ya nadie recuerda que muchos de los avances sociales que se han conseguido en la historia lo han sido a través de las movilizaciones populares? “Respetemos la democracia” dicen los contertulios,  por supuesto ya que de no estar en democracia habría que volver a tomar La Bastilla otra vez, pero eso no ha de ser óbice para que la gente exprese de una forma pública y clara su malestar general ante una situación como la que está padeciendo todo el mundo desarrollado ante la inoperancia, por error u omisión, de la clase política y el estrepitoso fracaso de la orgía neoliberal de los últimos 20 años. Hasta hace solo cuatro días, nos sorprendíamos que la gente no se echara a la calle “con la que está cayendo” y ahora que empiezan a hacerlo ¡¡también es motivo de crítica!! y a veces hasta de forma despiadada. Tal es el caso de determinados medios de comunicación que, en clara defensa de los intereses de una clase muy determinada, reprochan y menosprecian con sarna y con sorna los propósitos de estas movilizaciones tomando de forma malintencionada y como referencia para ello solo algunos de los  carteles desplegados en las plazas con proclamas ciertamente fuera de lugar y evitando asumir que la mayoría de las demandas planteadas responden a los deseos de la mayor parte de la sociedad . El 15M, con sus defectos y sus virtudes, no es más que el reflejo del malestar social de la población consecuencia de la enorme cantidad de problemas que les acucian cada día y ni ha de pretender ni se le ha de exigir otra cosa que, mediante la continua movilización social, promueva en los diferentes partidos políticos un cambio radical en sus actitudes cara a esta crisis económica, político y social que ha arruinado y, de no cambiar sustancialmente, va a seguir haciéndolo a millones y millones de familias, supeditadas a la codicia de un poder industrial y financiero muy por encima del de los gobiernos. En España, a pesar de que, según la encuestas, el 95 % de la población no se cree sus promesas electorales, al partido que ha arrasado en las últimas elecciones solo le ha votado 1 de cada 4 del total de electores, y las encuestas también siguen colocándolos una y otra vez como el tercer problema del país, los primeros espadas de la clase política… ¡siguen “a su bola”! ¿No hay algo más anti-sistema que eso? No se trata de derribarlos se trata de presionar a esos partidos para que renueven completamente a sus dirigentes que, seguro, en sus bases habrá muchas personas dispuestas a ello y prestas a una profunda renovación de sus ideas. Se trata, en definitiva, de no resignarse al “esto es lo que hay”, sino de exigirles decididamente que su objetivo no ha de ser otro que lograr un mundo mejor para todos y no solo para unos cuantos a costa del sufrimiento del resto. Para cambiar las cosas lo primero que hay que tener es la voluntad de cambiarlas y el próximo 19 de Junio tenemos la oportunidad de decírselo a quienes han sido elegidos para dirigir nuestro destino.

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