martes, 14 de junio de 2011

¿Deportistas? (03.04.11)

Resulta anecdótico ver como futboleros de nuestra afamada liga de las estrellas, se manifiestan con entera naturalidad señalando el exceso de partidos y el agotamiento físico y psicológico que ello conlleva. “Chocante”, cuánto menos, cuando hablamos de unos jovencitos preocupados por jugar un partido de fútbol cada 3 o 4 días, dormir en hoteles de lujo o rodar un spot en París. Unos chicos que, además de hacer lo que les gusta, cobran una fortuna por ello. El salario mínimo en la 1ª. División de la LFP gira ahora en torno a los 150.000 € (después de la rebaja de 2005), por temporada, o lo que es lo mismo,  ese futbolista de un equipo de segunda fila que no conoce nadie y no juega casi nunca cobra “solo” el doble de lo fijado al puesto de Presidente del Gobierno de España. Y no hablemos ya de las estrellas porque los ceros de sus salarios ocuparían demasiado espacio en estas cuantas líneas. Ah y por cierto, sueldos netos en muchos de estos casos, cuyos impuestos al final no acaba pagando nadie ya que se trata de una deuda sempiterna que los clubes tienen contraída con la Hacienda pública desde tiempo inmemorial y que se acumula y renueva cada año en un agravio comparativo más con el resto de los mortales. Es cierto que el fútbol funciona al margen de la ley –ya lo dijo en su día el también imperecedero Presidente de la RFEF, Sr. Villar-, pero, aunque nos haya tocado vivir en este mundo donde a costa de tanto liberalismo puedan verse disparates como este y desde hace tantos tiempo, ¿es que las administraciones públicas no pueden hacer nada al respecto? O es que, en el colmo de tanto desatino, ¿tanto miedo se tiene a los hinchas más descerebrados?

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