martes, 14 de junio de 2011

La crispación (12.01.11)

¿Podría ocurrir en España un suceso como el acaecido recientemente en Arizona? Afortunadamente el elemento más corrosivo, el arma necesaria para llevarlo acabo, no es un objeto de fácil acceso dentro de nuestro ámbito legislativo. Pero no es menos cierto que la verborrea utilizada por determinados políticos y determinados medios de comunicación sí que no deja de alentar conversaciones en la barra de cualquier bar como habría que matarlos a todos o tenía que venir otro Franco lo que a oídos de un perturbado –más aun en casos de exclusión social-,  con la posibilidad de verse armado, podría desencadenar una barbarie de este tipo en algún punto de la geografía española sobre cualquier grupo de activistas o seguidores de una opción política determinada. Si a esto añadimos la utilización de ciertos grafismos –como situar en un mismo plano a políticos españoles actuales con figuras como las de Hitler o Stalin-, por parte de algún medio televisivo no dista mucho de las dianas dibujadas por los etarras a la puerta de algún concejal o las de Sarah Palin sobre la congresista americana atacada. Una cosa es pues la crítica si cabe hasta exagerada, burlesca, grotesca e incluso ácida pero que no puede ser admisible nunca y venga de donde venga con la suma a la incitación a la violencia, aunque ni tan siquiera sea ese el fin que se pretenda.

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