La matanza acaecida en Noruega este fin de semana, a manos de un depravado, de carácter ultraderechista, que aparece también en algunas imágenes con un atuendo masón y a saber cuántas cosas más, aparte de lo absolutamente injustificable, merece la pena unos comentarios sobre el tratamiento dado a la noticia en diferentes medios de la prensa escrita, en los artículos de opinión y editoriales que recogen cada una de ellas.
Por regla general los diarios condenan sin paliativos semejante barbarie, faltaría más, pero mientras El País, ABC, La Vanguardia o Público, prestan la máxima atención en primera página a los hechos, La Razón da mucha más importancia en su portada a la reaparición de José Tomás en la plaza de Toros de Valencia, supongo que por aquello de la Fiesta Nacional –el torero español, la casta, la patria, ESPAÑA con mayúsculas, etc.-. Por su parte La Gaceta enfatiza en su primera página de la edición digital el carácter masón del detenido por la policía noruega criticando a otras publicaciones como Público por acusar al mismo de estar vinculado a la ultraderecha. Cuando lo leía esta mañana me vino al recuerdo aquel famoso eslogan de la dictadura franquista acerca de “la conspiración judeo-masónico-comunista contra España”. Tuvo que morir el general para enterarnos que ni los judíos tenían que ver nada con los masones, ni estos con los comunistas, ni los últimos con los primeros.
En lo referente a los artículos de opinión y editoriales El País, La Vanguardia y Público critican con dureza tales actos, enjuiciando también la falta de prevención de las diferentes policías europeas, centradas casi en exclusiva en el islamismo radical y dejando de lado grupos extremadamente radicales de la derecha más ultramontana, cada vez con mayor pujanza, que pueden dar cobijo a elementos tan peligrosos como los primeros. De hecho Anders Behring Breivik, el confeso autor de los crímenes, estuvo afiliado al Partido del Progreso noruego de marcado carácter ultraderechista, aunque lógicamente este haya condenado también semejante barbarie. No en vano su furibundo ataque se ha cebado contra las juventudes socialdemócratas del Partido Laborista noruego en el poder. En el caso de La Razón y La Gaceta-en ABC para ver sus opiniones y editoriales, precisamente a este respecto, hay que aflojarse ahora el bolsillo en su edición digital por lo que no he accedido a ellas-, se enjuicia el crimen como tal dejando al margen cualquier otra consideración política y aprovechando también, como de costumbre, para ejercer alguna crítica contra el PSOE.
En fin, todo sin aspavientos –aunque en los comentarios alguno se desate-, y muy subliminal.
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