lunes, 5 de septiembre de 2011

Gadafi, querido amigo.

El diario The Independence ha publicado un informe sacado a la luz por Human Rights Watch a tenor de unos documentos hallados por esta organización en los que aparecen tanto la CIA como el MI6 británico como colaboradores con el régimen de Gadafi facilitándole los datos precisos de disidentes libios para que fueron cazados por el dictador.  Se trataba de una especie de compensación a los servicios prestados por el coronel, por las torturas ejercidas por dicho régimen a supuestos islamistas que le eran enviados por las potencias occidentales para ser interrogados. Por su parte, José Mª. Aznar, ex-presidente del gobierno de España, hacía unas declaraciones, el pasado mes de Abril, en el que criticaba la actitud belicista de la comunidad internacional con el régimen gadafista, por entender que se trataba de una falta de consideración a un “amigo”.

¿Qué más podemos añadir? ¿Estos políticos son los que van a sacar al mundo de la peor crisis social y económica desde la Gran Depresión de los 30? ¿Los mismos que han de acabar o al menos intentarlo con el hambre en el mundo? ¿Los que tienen que perseguir el desprecio a los derechos humanos en China? ¿Los que han de solucionar el problema palestino? ¿Aquellos que han de cuidar del medio ambiente y contrarrestar el cambio climático para evitar el declive de los recursos y la salud de nuestro planeta? Etcétera, etcétera, etcétera.

O no será más correcto decir, a la vista de todo esto, que serán los que ahondarán más la crisis, promoverán más paro, peores condiciones sociales, más miseria, y quién sabe si provocarán con sus despropósitos  el fin de la democracia y su sustitución por un modelo de tiranía de las grandes corporaciones empresariales basada en el poder, el dinero y la privación de los derechos y libertades.

Si al día de hoy gobiernos de países “tan civilizados”, como el Reino Unido, los Estados Unidos o dirigentes –aunque ya no estén en ejercicio-, de la talla de José Mª. Aznar no se coartan con actuaciones y afirmaciones como estas y son capaces de colaborar tan estrechamente con un régimen como el de Gadafi, plegarse a dictaduras tan crueles como la China o la de Arabia Saudí –por citar solo dos vivos ejemplos-, entre otros muchos desmanes… ¿Qué podemos esperar entonces de nuestro futuro?   

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