lunes, 30 de julio de 2012

Adiós cultura, adiós

Cuando uno se moceaba, nos enseñaban en la escuela –supongo que con la legendaria Enciclopedia Álvarez, que ya tanto no recuerdo-, que los conquistadores españoles fueron a hacer las Américas con el fin de colonizar a sus pobladores, acompañados de los representantes de la iglesia católica para agrupar en su rebaño a aquellos infieles. Por su parte los franceses, holandeses e ingleses eran presentados como un tropel de piratas empeñados en saquear nuestros barcos para engordar sus arcas y atiborrar la de sus respectivos monarcas. Cuando Franco murió nos enteramos que los conquistadores eran realmente unos tipos sanguinarios y crueles que iban a América a esquilmarle todas sus riquezas y que solo unos pocos frailes hicieron una labor ciertamente humanitaria. Más o menos  como hacían del mismo modo sus coetáneos del resto de Europa que era, al fin y al cabo, lo que se estilaba para la época en esos casos.

“Cultura es todo aquello que queda después de olvidado lo aprendido”, frase atribuida a A. Einstein que me quedó grabada de un anciano profesor de filosofía –al que por cierto nos tomábamos a chufla por los desatinos de la juventud y las impericias del sistema que permitía a personas de muy avanzada edad seguir dando clases-, porque quizá exprese de la mejor manera, más sencilla y escueta posible lo importante de un buen sistema educativo y cómo ese proceso de aprendizaje no ha de agotarse a lo largo de toda la vida. Pero el gobierno del Partido Popular que encabeza un licenciado en derecho, registrador de la propiedad –que debió estudiar mucho y bien para obtener plaza en una de las oposiciones que se consideran más difíciles de cuantas se convocan en España-, Mariano Rajoy, ha decidido relegar la cultura y restringir su acceso a una parte muy importante de la ciudadanía incrementando de forma sensible sus costes. Del mismo modo, a la vista de sus intenciones también para el sistema educativo, parece más que evidente que la cultura va a ser un terreno acotado para las clases más pudientes, tal como ocurriera antaño cuando nos contaban esas falacias –para mayor gloria de España-, reconvertidas en historias de conquistadores.

Y si a esto añadimos los recortes en investigación para los científicos españoles no parece caber la menor duda que este gobierno no tiene el más mínimo interés por el desarrollo de las capacidades presentes y futuras de su pueblo. Si se restringe el acceso a la enseñanza y en especial a la educación superior, el acceso a las actividades culturales y a la ciencia, es más que obvio que tendremos un país cuya nota no podrá alcanzar ni siquiera el “suficiente”. Y si para colmo de males, la que se ha considerado mejor televisión pública de la historia de la democracia en los últimos años vuelve a caer en la manipulación informativa y sectaria del gobierno, a la vista de los últimos nombramientos, estaremos tirando por la borda muchos de los logros que la democracia española había conquistado –aún sus numerosas imperfecciones-.

Como parece que decía Einstein, si no hay cultura no habrá conocimiento y si entendemos por conocimiento, según la RAE, el entendimiento, la inteligencia y la sabiduría no solo estaremos dando muchos pasos atrás en el tiempo, sino que además flaquearemos en el avance y desarrollo de la sociedad –concepto este que no tiene nada que ver con ese modelo de crecimiento perpetuo en el que está empeñada la doctrina neoliberal-, y estaremos edificando una sociedad moldeable para los recursos de una minoría que esa misma debilidad le permitirá con mayor facilidad el acceso al poder. Esa será entonces la hora final de la libertad y la democracia.

Veremos.

4 comentarios:

  1. Volverán los crucifijos a las aulas, volverá el carasol a las ondas de las radios, volverá la camisa nueva (azul y gris) y el pañuelo rojo, y volverán las botas militares. Y esto, mucho antes de lo que nos figuramos. Estamos al borde del abismo.

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  2. Hombre, yo que he conocido eso -nos daban también un vaso de leche en la escuela y lo de "la letra con sangre entra"-, espremos que no sea así. Quizá el paisaje aquel de la novela de Orwell, aunque yo me inclinaría más por el de Fahrenheit 451 de Bradbury que parece más distraido.

    En fin, cualquiera sabe pero esto mal camino lleva. Por cierto hoy se ha publicado un informe de la ONU sobre la situación de España. No te va a sorprender pero ahí te lo dejo, merece la pena.
    http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2012/07/30/onu-acusa-rajoy-llevar-pobreza-218-espanolesjuncker-anuncia-bce-eurogrupo-actuaran-juntos-salvar-espana-italia/0003_201207G30P18991.htm

    Un saludo

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  3. Fahrenheit 451... no la he visto, pero la tengo en la recámara, y por lo que tengo entendido hay un cuerpo de bomberos encargados de quemar todos los libros que encuentren. Original cuanto menos, y sin duda con un mensaje claro.

    En esencia, eso es lo que persiguen las clases dominantes: un vulgo inculto y manipulable. Si encima le ponen coto a Internet, ya no habrá manera de detenerlos. Muy graves e indicativas son esas medidas...

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    1. Conociendo tu modo de pensar por tus blogs y comentarios, esta película te gustará, te impresionará -una obra maestra de François Truffaut-. Basicamente se desenvuelve en una sociedad imberbe, dominada por un poder oculto, que ha prohibido ¡¡los libros!!. Pero unos cuantos se han rebelado contra eso y...

      No te la pierdas.

      Por cierto te recomendé en una ocasión "La ola", una película inspirada en un hecho real sucedido en EE.UU. -aunque, significativamente la película es alemana-, acerca de la posibilidad real, aún en el tiempo que vivimos, de la radicalización de posturas ideológicas al modo de como ocurriera en la Alemania de los 30. ¿Llegaste a verla?

      Un saludo

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