Apostilla a un presupuesto y a un debate.

Ayer, en la nueva y, a la vista, defenestrada tv pública, en El Debate de la 1 -que ha dejado de ser un debate para convertirse en un monólogo ante la falta de ideas discrepantes-, la mayor parte de los presentes parecían exultantes ante los presupuestos presentados por el gobierno horas antes, aunque por ningún lado -hasta los propios tertulianos tenían sus dudas-, se aprecien en los mismos medidas encaminadas a la recuperación y, en definitiva, a la creación de empleo. Parece ser también que, a criterio de estos, el objetivo primordial es y debe ser el cumplimiento, a toda costa, del objetivo del déficit y dejar para otro momento algo menos perentorio como parece ser la creación de puestos de trabajo.

En su obsesiva premisa acerca de que en los déficits está el origen de la crisis -cuando la historia y la realidad demuestran todo lo contrario-, hubo quien se atrevió a repetir -Bieito Rubido, ABC-, el manido mantra de "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades porque pretendimos salir a cenar todos los sábados e irnos de vacaciones”. Para redondear, Saenz de Buruaga –COPE-, afirmó “que, aunque resulte difícil de explicar para una persona que ya no le quede ni cinturón que apretarse, deberá seguir sacrificándose en la seguridad que, cuando pase un año o… volverá a pagar su hipoteca y el banco le volverá a conceder crédito” a lo que terminó añadiendo “aunque esto sea un acto de fe”.

Digo yo y puestos a citar la fe como propuesta, que mejor sería rezar 3 Padre Nuestro y 3 Ave María, a ver si así se adelantaba el proceso. O como diría la pobre de mi madre “pa mear y no echar gota”.