viernes, 15 de mayo de 2015

15M. Feliz cumpleaños.

Hoy se cumplen 4 años del 15M. Hoy hace 4 años surgió un movimiento que, además de traspasar ciudades y fronteras, acabo trascendiendo en la sociedad española muy a pesar de sus poderes fácticos.

Jamás el pequeño grupo de jóvenes que llevaba solo unos meses organizándose en pos de poner en conocimiento de la gente que otra manera de hacer política era posible y que la crisis no era solo el resultado de los errores de gestión de un solo gobierno si no el de un modelo económico descabellado, podrían haber imaginado la magnitud y consecuencias de su convocatoria. Aquella manifestación del 15 de Mayo de 2011 terminó con la acampada de 40 personas en la Puerta del Sol. Después las redes sociales y el interés despertado por un discurso diferente acabarían haciendo el resto en las horas inmediatamente posteriores.

La concentración de miles de jóvenes aquellos días en la Puerta del Sol de Madrid y por pura empatía, a una velocidad desconocida, en decenas de ciudades españolas, resultó en principio agasajada por todos los medios de comunicación cuando veían en estas solo una protesta más contra el gobierno de Rodríguez Zapatero con ciertos tintes de originalidad. Pero al poco tiempo, cuando empezó a mostrarse como todo un movimiento que ponía en tela de juicio no solo a ese gobierno sí no a todo el modelo político y económico vigente, fue entonces cuando la furibunda mediática se volvió contra el mismo, con una beligerancia inusitada como no se ha conocido desde hace décadas y que dura hasta hoy.

Y es que el 15M, además de dar pie a otros movimientos posteriores con tanta trascendencia como las plataformas anti-desahucios, ha sido el germen y la inspiración de grupos políticos como Compromis en Valencia, Ganyem en Cataluña o Podemos en todo el estado. Este último, en todo un hito histórico para la joven democracia española, consiguió 5 escaños en las elecciones europeas y otros 15 en las recientes andaluzas sin prácticamente infraestructura alguna y solo con el argumento de las ideas.

Pero todos ellos se han terminado postulando cara a las próximas elecciones e incluso con buenas perspectivas y, del mismo modo, sin prácticamente medios. Y lo que es peor, con la dificultad añadida del constante acoso de los profesionales de la política, la caverna mediática, buena parte de los grandes medios de comunicación y con la lupa puesta en cada uno de sus movimientos a la espera de sus inevitables errores.

Pero el éxito del 15M no solo hay que cifrarlo en este sentido. Uno de sus principales logros gracias a sus pancartas, sus asambleas, sus plataformas, sus concentraciones y manifestaciones y a pesar de todo el desvarío de insultos y provocaciones en su contra ha sido, sin duda, el que ha sabido despertar conciencias en muchas personas que habían quedado embelesadas presas de la vorágine consumista y abierto a muchos jóvenes una realidad mucho más allá de su inmediatez más cercana.

Que ha vuelto a revitalizar políticas que, hasta hace apenas 20 años,  hicieron del occidente europeo un modelo económico y social, con sus defectos y virtudes, como nunca había conocido la historia de la humanidad y ha recuperado valores éticos y morales que había echado perder un modelo capitalista que, llevado a sus límites más extremos, ha invertido los términos poniendo por delante los intereses de la economía a los de las personas.

Los resultados de ambas políticas son evidentes y la historia da buena fe de ello. Por el momento las tesis del 15M recogieron las huellas que dejaron sus referentes en las grandes democracias occidentales de la segunda mitad del SXX. Las de aquellos que les aborrecen y vilipendian han provocado una crisis de alcance todavía desconocido pero que, de momento, está dejando tras de sí los mayores desequilibrios sociales de la historia reciente.


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