viernes, 22 de mayo de 2015

El sentido de mi voto

Esta vez sí voy a votar. Bueno lo hice también en las anteriores ocasiones aunque fuera en blanco y es por qué creo que, a pesar de los pesares hay que ir a votar. Al fin y al cabo y por el momento es la única posibilidad que nos da la política española para expresar de forma directa su opinión a la ciudadanía. Aunque, como hemos visto durante tantos años, para los de siempre ese singular binomio PP/PSOE, ese voto solo les haya servido como un cheque en blanco para después hacer lo que les venga en gana.

Durante mucho tiempo antes fui votante del PSOE. Pero al PSOE hace tiempo que se le cayeron la S y la O y, claro, conmigo como que no. Lo del PP es obvio también que no. Primero por una cuestión de principios. Yo creo en conceptos como la solidaridad, la economía social, el bien común, el estado del bienestar… y que el estado sea garante de ello. En fin valores propios de la socialdemocracia que chocan frontalmente con el laissez faire y la fisiocracia, principios básicos del liberalismo.

Y con respecto a la corrupción en esos dos partidos, pues qué os voy a contar. El problema de la corrupción no es que sea, ni muchísimo menos, único de España. La diferencia con la mayor parte de países de nuestro entorno es que en estos “cuando te pillan, lo pagas”, mientras que en nuestro caso, todo se salda con el consabido “quítame allá esas pajas” o el “y tú más”. Y que ambos partidos a la vista de eso y de los suculentos beneficios que iban obteniendo tanto para sí como para aquellas grandes empresas y corporaciones financieras e industriales que les sustentan, han ido tejiendo durante años un entramado de normas y leyes en pos de su impunidad.

Y lo peor, es precisamente eso, ese sentido de la impunidad y haber convencido a buena parte de la población de que a pesar de ello no hay nada más allá de PP y PSOE. Una especie de italianización de la política española tal como ha venido ocurriendo con Silvio Berlusconi en su país durante las últimas décadas.

De IU, lástima de Alberto Garzón, quizá la mayor esperanza que ha dado la política en este país desde que Felipe González se hizo de derechas y, por desgracia, se ha encontrado con un partido en derrota. Y lo de IU Extremadura, para qué vamos a hablar. Veremos a ver qué ocurre con él y la coalición si el fracaso se consuma tan estrepitoso como se augura en estas elecciones.

Así que me quedaban las nuevas opciones y, al final tengo muy claro que me voy a quedar con Recuperar Badajoz, sí la marca de Podemos para Badajoz, mi ciudad. La gente de Ciudadanos no me caen mal, no. Pero me dan un tufillo a liberal pero que muy, muy liberal. Vamos, como el PP pero en limpio. Y claro, conmigo eso también como que no va y a las pruebas me remito de lo que ha ocurrido en el mundo y en España en los últimos 20 años con el funesto desarrollo de su modelo de sociedad.

De los demás, es que son tantos que ya no podemos pararnos a hablar pero que sí que es cierto que con tanta división en el voto, la cosa a la izquierda siempre le ha ido mal. A la derecha siempre le ha ido mejor en esto, “todos a una”, pero la gente de izquierdas somos autocríticos por naturaleza por aquello de querer lo mejor para todos, lo que el particular sistema electoral español precisamente perjudica por la fragmentación del voto en beneficio de los que más obtienen.

Pero bueno, al PP parece que también le han salido respondones y puede caer en la misma tesitura. Ahí están, no solo el que parece que se ha convertido en su repuesto natural, Ciudadanos, también tiene a Vox por su derecha y Badajoz Adelante y UpyD por su izquierda que, poco o mucho, también le quitarán. Aunque seamos sensatos que el número de incondicionales del PP por muy mal que lo hagan, es muy superior al de cualquiera de los demás. La misma palabra lo dice, “conservadores” se llaman y por algo será.

Y los de Recuperar Badajoz, la verdad que encajan en mi modo de pensar y con un orden de prioridades que, entiendo que en el día de hoy, son imprescindibles de llevar. Y con gente implicada toda su vida en movimientos sociales que se han dedicado, al margen de su profesión, a echar una mano a los demás. Con sus defectos y virtudes, claro está que los tendrán, faltaría más. Pero que piensan que el camino no pasa solo por saber administrar debidamente los bienes de la comunidad sí no que también hay que prosperar. Hacerlo todos juntos e intentar, por todos los medios, que nadie se quede atrás.

Al fin y al cabo Recuperar Badajoz, en lo fundamental, se aferra a unos valores de dignidad en el trabajo, libertad y solidaridad que hicieron de las grandes democracias occidentales un modelo de desarrollo único en la historia de la humanidad hasta que la vorágine liberal empezara a llevárselo todo por delante a mediados de los 90.

En ellos, por mi ciudad, por mi gente y por mis amigos, voy a poner mi confianza y espero y deseo que no acaben dándonos la espalda, como los que hasta ahora se han beneficiado para sí del privilegio de gobernar.



4 comentarios:

  1. Lo del laissez faire es una mentira como una casa. Para ellos sí, laissez faire, y aún se pasan de la raya. Pero para la mayoría no hay laissez faire, sino opresión y privación de todo, empezando por la dignidad. ¿Cuándo se dará cuenta la gente de que el capitalismo es una estafa? Y llevan con ella desde hace más de tres siglos. ¡Tres siglos engañando a la gente!

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    1. Pues sí, Lorenzo, cuando se darán cuenta. Por ponerte un solo ejemplo, en Badajoz cada vez se van privatizando más los servicios públicos y para mucha gente eso es un acierto cuando lo que realmente viene a demostrar es la ineptitud de los políticos para gestionarlos debidamente y/o su intercambio por conocidas prebendas.

      Bueno, hoy domingo, es un día importante. Nadie pone en duda la victoria del PP otra vez en la alcaldía pero esperemos que, al menos, no tengan la mayoría absoluta. Que, por una vez, se dejen de fuentes y rotondas y se preocupen de la gente.

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  2. Muchas veces la gente vota por motivos conservadores, ignorancia o amistad. Conozco personas que basan su voto en lo bien que les cae el candidato, desconociendo por completo el programa electoral del mismo o sus afiliaciones ideológicas. Viendo el panorama, a veces parece que a muchos habría que retirarles la capacidad de votar, puesto que votan sin pensar -y a menudo a partidos que les perjudican directamente-. Como es incomprensible, solo me resta adoptar mi expresión de estupefacción.

    A ver qué resultados tenemos al final de la noche.

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    1. Es más, incluso buena gente. Tengo un caso cercano que, prácticamente, no sabe nada de cuanto acontece a su alrededor. Su vida gira en torno a su propio micro-mundo que forman su trabajo y su familia.

      Y como ello muchos. No le he preguntado a quien iba a votar o si tan siquiera ha votado. Al fin y al cabo ¿en base a qué se habrá decidido por uno u otro? Y así, hay muchas personas y otras que votan por que es al que vota su marido, su padre o por que siempre lo hizo.

      Ayer mismo, le preguntaba a una sobrina mía si fue a votar y no, no fue. Estuvo paseando... "Son todos iguales", dice, como dicen tantos otros e inconscientemente eso se ha convertido en el principal sustento para el PP y el PSOE.

      Le dije también que sí así lo creía por qué no les daba una oportunidad a otros que no la habían tenido nunca. No me respondió, se encogió de hombros, se dió la vuelta y se fue... Y también es una buena chica.

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