sábado, 25 de julio de 2015

¿Qué fue de la democracia?

Hace unos días decía el sociólogo Enrique Gil Calvo en su columna de El País que “En democracia toda soberanía ha de estar limitada, es decir, sometida al control externo de autoridades encargadas de hacer cumplir la ley”. Aun siendo ello discutible ya que, a mi modo de ver, debería ser la propia democracia la que decidiera quienes han de ejercer dicho control, no es menos cierto que la necesidad de interacción entre los diferentes pueblos y naciones, obligan al desarrollo de una serie de normas que, consensuadas entre las partes, sirvan para el correcto devenir de la comunidad.

Al margen del casi nulo referente de ello que representa la ONU –el derecho al veto de 5 de los integrantes de su Consejo de Seguridad es el mejor ejemplo de cómo se vulneran los principios más básicos de la democracia-, por cuanto muchas de sus normas y dictados se vulneran de forma continua por todos y cada uno de los países que la conforman, en lo que nos toca de manera próxima la UE se diría que tampoco puede considerarse como un virtuoso modelo de sensibilidad democrática.

Tanto la Comisión Europea, esa especie de gobierno que emana del Parlamento Europeo elegido por todos los ciudadanos de la UE, como este mismo, poco o nada tienen de decisorios cuando se trata de cuestiones de suma trascendencia. Lo hemos visto ahora con la crisis griega y en otros casos de relevancia donde ha sido el Eurogrupo, un órgano que se considera así mismo por definición de carácter “informal” y de asesoramiento, controvertido y confuso en su aspecto jurídico, que conforman los ministros de finanzas de los países de la UE y el BCE e incluso, según los casos, los diferentes jefes de estado, es el que toma las decisiones y al que se someten el gobierno y el parlamento europeo sin discusión.

En el colmo de tal frenesí, Ángela Merkel en su papel de canciller de la República Federal Alemana, se ha erigido como líder del Eurogrupo y de la UE, de manera además indiscutible e indiscutida sin haber sido elegida en modo alguno para ello. Se diría, incluso, que ha impuesto una feroz dictadura económica que está resultando el mejor adalid de la industria financiera, especialmente, los bancos alemanes como los más poderosos del continente y uno de los gérmenes de la crisis en sí misma. De hecho todas las resoluciones de mayor importancia de la Unión Europea de facto, no se toman ya ni en Estrasburgo, Bruselas o Luxemburgo, las tres sedes del Parlamento Europeo si no, como hemos vuelto a comprobar con el caso griego, es el sucesor del Reichstag en Berlín, el Bundestag, el Parlamento Federal de Alemania el que ha de aprobar las resoluciones que luego serán de obligatorio cumplimiento para el resto de los pueblos que integran la Unión.


Ángela Merkel representa por ahora el culmen de un nuevo modelo político y económico elevado a la condición de teología, que con su carácter, determinación, preponderancia y la inutilidad y sumisión de sus homólogos del resto de naciones ha hecho saltar por los aires el proyecto de solidaridad y desarrollo común de los padres fundadores de la Unión Europea.

En definitiva, a la vista de los acontecimientos y una vez ha quedado demostrada la incapacidad de los políticos para solventar con garantías los problemas de los ciudadanos europeos, solo queda preguntarse si realmente tal demostración de estupidez es cierta, o en la realidad responde a una diabólica lógica donde los seres humanos han pasado a ser… solo una mera anotación contable.

2 comentarios:

  1. Hace mucho tiempo que las personas son solo números; lógico, si el dinero es lo más importante. En cuanto a los políticos, trabajan para los banqueros y otras mafias. Simplemente es eso.

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    1. Sí, es así de sencillo. Bueno quizá estemos viviendo tiempos de cambio. Hay movimiento en Europa que parecen presagiar esto, en el Reino Unido -en el partido laborista-, en España como ya sabemos, Italia, Holanda... En fin, veremos.

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