domingo, 2 de octubre de 2016

PSOE: Fin de la historia.


Muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid, concretamente en el nº. 12 de la calle Tetuán, está Casa Labra un popular bar restaurante donde es habitual encontrarse largas colas de turistas llegados a la capital para probar sus famosas croquetas y tapas de bacalao. Sin embargo, pocas personas recaban en una placa en su fachada que reza la siguiente leyenda:

“El 2 de Mayo de 1879, en esta casa, careciendo los trabajadores de libertad para reunirse y asociarse, se fundó clandestinamente el Partido Socialista Obrero Español”.

El segundo partido socialista más antiguo de Europa, tras el SPD alemán –hoy también en franca decadencia-, ha saltado hace solo unas horas por los aires, tal y como se veía venir desde hace meses y quién sabe si desde hace mucho más tiempo, después de 137 años de historia. Muy probablemente, Pablo Iglesias, el tipógrafo ferrolano que lo echara a rodar, no daría crédito a ello cuando el principal argumento de su hundimiento –esperemos que no de su desaparición al menos como retazo de la historia-, sea el no haber permitido en tiempo y forma la repetición de un gobierno neoliberal en España, un modelo ideológico que ha dado lugar a la mayor crisis global de nuestro tiempo desde la Gran Depresión del siglo pasado. Además de estar éste avalado por el Partido Popular, el partido que concentra el mayor número de episodios de corrupción política de la joven democracia española y por lo que como tal va a ser procesado de manera inminente en varias causas.

Vale la pena aclarar, al menos es la sensación de muchos a la vista de cómo se han ido desarrollando los acontecimientos desde las elecciones de Diciembre del pasado año y como quiera de la algarabía levantada estos últimos días, que a pesar del cariz ideológico que Pedro Sánchez ha querido darle al asunto recurriendo a las bases del partido a sabiendas que estas son partidarias de un intento de alianza con Podemos y otras formaciones de izquierdas, probablemente lo que hayamos asistido sea a un intento desesperado por su parte para salvar su figura y el resultado de una “vendetta” que empezó a fraguarse hace aún más tiempo entre el cesado/dimitido Secretario General y los que hoy tanto la detestan que fueron, precisamente, los que le auparon al cargo.

Si de verdad Pedro Sánchez tenía la voluntad de seguir su programa electoral, el mismo día siguiente de las elecciones de Diciembre y teniendo posibilidades de ello podía haber intentado un pacto de gobierno con Podemos con, por aquel entonces, Izquierda Unida y con la abstención de algunos nacionalistas, haber salido adelante. Sin embargo el Secretario General socialista prefirió dejar pasar el tiempo en base a ese nuevo e inexplicable mantra, contrario a lo que marca la mismísima Constitución Española y que tanto el PP como una manipuladora prensa mediática pretende inculcar en la opinión pública, de que quién debería formar gobierno es la fuerza más votada, algo completamente inconcebible cuando se trata de una democracia parlamentaria y carece de mayoría suficiente para ello. Pero no solo y con eso, el Sr. Sánchez no es que no intentara dicho pacto con otras formaciones de izquierdas afines a su partido si no que acabó firmando el mismo con Ciudadanos, un partido que en lo que más le importa a la gente como es el empleo, los salarios y el modelo económico tiene un claro marchamo neoliberal, en las antípodas de lo que debería ser el pensamiento de un partido socialdemócrata como se le presupone al PSOE.


Visto el fracaso del intento con Ciudadanos, el resultado de las últimas elecciones de Junio, la fallida investidura de Rajoy y el cada vez mayor órdago de “los barones” del partido  contra el mismo –el resultado de las elecciones gallegas y vascas eran más que previsibles-, han acabado llevando a Pedro Sánchez a intentar ponerse en manos de la militancia por cuanto fue el primer secretario general elegido por este procedimiento, y a dar ese supuesto giro a  la izquierda que, en la práctica, viniera a abandonar el PSOE hace años al ir quedando en agua de borrajas la mayor parte de lo plasmado en sus propios programas electorales.

“Este no vale, pero nos vale”, decía Susana Díaz a la vez que impulsaba la candidatura de Pedro Sánchez hace poco más de dos años. Sin duda la baronesa andaluza había previsto aupar a la secretaría de su partido al, hasta entonces, un joven y atractivo desconocido para que le allanará el camino a metas más altas. Pero muy díscolo y advenedizo debió de salirle el chico para haberlo depuesto ahora de la manera tan calamitosa como lo ha hecho. “Por el interés de España”, llevan afirmando los afines a Susana Díaz y a Felipe González –que parece que nunca se fue del todo-, desde hace meses aunque hasta ahora sin haber dicho en verdad a las claras que sus intenciones era renovarle los votos al gobierno de Mariano Rajoy.

Entender esta cesión al gobierno del Partido Popular como un primer paso para echar a rodar el país y someter después a un gobierno tan fiel como el de Rajoy a la ortodoxia neoliberal a un control riguroso, a saber sobre qué acuerdos, más que presentar garantías es un síntoma de extrema debilidad de un partido como el PSOE que se le presupone en las antípodas de ese modelo ideológico, máxime cuando tras las elecciones de Diciembre tuvo la opción de dar un giro a esa forma de gobernar.

Por no resultar ya suficientemente  significativo su apoyo al hombre del “Luis se fuerte”, paradigma de la corrupción política, o al gobierno que ha llevado a España a ser el país de la OCDE donde más han aumentado la desigualdad, casi de manera escandalosa, en el que según el INE casi un 30 % de la población está al borde la pobreza, donde más de 3 millones de personas se encuentran en situación de pobreza extrema y donde encontrar un empleo estable y debidamente remunerado se ha convertido poco menos que en una tarea utópica. Tanto que España maneja uno de los más altos porcentajes en la UE de “trabajadores pobres”, es decir aquellos que aun disponiendo de empleo no pueden escapar de la pobreza.

Todo eso sin olvidar que España se ha convertido en un auténtico paraíso fiscal para los grandes capitales y empresas, recayendo la mayor parte de la carga fiscal en una cada vez más depauperada clase media que aguanta como puede y a duras penas intenta adaptarse al nuevo medio. El que el PSOE brinde su apoyo al gobierno protagonista de todo esto “por el bien de España”, vuelve a poner en evidencia los males de los partidos socialistas europeos que se han convertido en subalternos de los poderes fácticos que a través de las grandes corporaciones industriales y financieras parecen controlar de manera tan irreverente todos los aspectos de la sociedad y a los que representan tan debidamente los actuales partidos liberales.

Del mismo modo de esa especie de compadreo que por estas tierras extremeñas se traen el presidente Fernández Vara y el líder popular José A. Monago, poco más podemos esperar de un llámese acuerdo de investidura o pacto de gobierno por el que el PSOE, en unos días, va a facilitarle el gobierno a Mariano Rajoy. Si acaso la cabeza de algún ministro, alguna concesión a la galería a través de una mal entendida beneficencia y poco más, pero nada más allá de esos otros habituales mantras de las exigencias comunitarias.

Por último y volviendo al principio de la historia, el PSOE ha perdido 6 millones de votos en los últimos ocho años y todavía hay quien pretende aducirlo a un problema de liderazgo. No, el problema del PSOE y el de la mayoría de los tradicionales partidos socialdemócratas europeos es que han perdido el sentido para el que en aquel lejano ya SXIX fueron creados. El fin de la socialdemocracia ni era ni es el de adaptarse a los tiempos, si no el de transformarlos por el bien común de todos los ciudadanos.

4 comentarios:

  1. Estando de acuerdo con lo que dice , quisiera añadir que ademas de lo expuesto , a mi entender también hay otros componentes de " el golpe " a Sánchez , componentes personales de algunos como Eduardo Madina , Antonio Miguel Carmona , Tomas Gómez y algunos mas que se han sentido " desplazados " por las decisiones de Sánchez , también otros como Susanita , Vara , Lamban , Garcia Page , etc etc que tienen " un cariño especial " a Podemos por haberles puesto " algo difícil " sus sillones . ni hace falta mencionar el resentimiento con Sánchez de los " padres " socialistos , Felipe , Guerra ; Ibarra , Corcuera , Leguina , Bono y otros porque AUN creen que el PSOE son ELLOS y SOLO ELLOS . Pero lo lamentable y que incluso puede ser trágico para multitud de ciudadanos de este país que ya están al limite de sus fuerzas . Saludos cordiales

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    1. Correcto. Sí que también hay mucho de vendetta personal en esto. Además todos los nombres que cita, de algún modo, se han sentido ninguneados por la ejecutiva de Sánchez. Se diría que es como si el chico que solo iba a estar de paso, se les haya subido a las barbas al resto. Más aun en el caso de los históricos del partido que, como bien dice, siguen creyéndose "los amos del cotarro". Y quizá, quizá no le falte buena parte de razón que, a pesar de gobernar en varias Autonomías gracias a Podemos, los dirigentes socialistas -del PSOE más bien diría yo-, hayan rechazado desde el primer momento una coalición a nivel nacional con Podemos, después de haber tenido que guardarse sus habituales ínsulas si querían gobernar en sus respectivas Comunidades.

      Un saludo.

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  2. Quizá si el PSOE ya no está actuando en base a lo que se le presuponía desde sus inicios, es momento de desaparecer y dejar paso a otros. No necesitamos una partido de otro color con las mismas ideas, para mantener el relevo de los de siempre. Lo que necesitamos es cambios y movimiento, cosa que muchos no desean.

    Así, aunque la noticia es potente y el espectáculo es mayúsculo, son los tiempos y no queda otra que aceptar la realidad. Que la derecha es un puño unido y las izquierdas una multitud de dedos sin coordinación. Esto, aunque tiene sus ventajas, en la práctica electoral funciona muy mal, pero qué más da.

    En el fondo, la gente quiere más políticas neoliberales y así las votan. Quieren más desigualdad, más paro, más precariedad, más privatización... Todo eso porque tienen miedo de esforzarse y trabajar por otro futuro. Cuando la realidad nos dice esto, entonces es que, sin más, España se merece lo que tiene. Y como se lo merece, tendremos que regarlo bien de aceite para que entre suave.

    En la práctica, se prefiere lo conocido a lo nuevo. Aunque sea malo y mediocre. Es de cobardes. Es razonable.

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    1. Durísimo tu comentario Óscar, pero que duda cabe que en buena parte no falto de razón. ¿Por qué la gente vota a aquel que le maltrata? Aquel que que le rebaja el salario, que convierte su trabajo en precario mientras los grandes ejecutivos multiplican sus ingresos. Aquel que le hace imposible que sus hijos puedan acudir a la universidad, aquel que rebaja las prestaciones sociales.... y tantas cosas más. Este es un tema que hemos abordado numerosas veces y, al final, siempre me conduce a lo mismo. Al enorme poder de la industria mediática, el interesado propósito de hacer que la gente no vea más allá de sus narices y que, por esos mismos medios, se le haya convencido de que "esto es lo que hay".

      Pero no podemos tirar la toalla Óscar. Por ponerte un ejemplo, nadie pone en duda que caso de unas terceras elecciones el PP conseguirá, con la ayuda de Ciudadanos o sin ella, la mayoría absoluta. Y lo hará por que mucha gente no irá a votar. Y ahí, a pesar de los pesares, sí que hay una responsabilidad en esos ciudadanos por consentirlo. Sin embargo yo y gente como yo debemos seguir, aunque sea contra viento y marea y mientras nos dejen, debemos seguir reforzando la idea de que otro mundo mejor es posible.

      Lleno de reveses sí, pero sinceramente creo que no podemos tirar la toalla por que, si es así y fíjate lo que nos está costando qué no sería si todos acabáramos admitiendo que hemos sido doblegados.

      Un saludo Óscar y me alegro que no dejes de pasar por aquí.

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