jueves, 8 de diciembre de 2016

A vueltas con la Gran Vía de Madrid

Al margen de la polémica generada por la peatonalización de la Gran Vía estas navidades, como ha ocurrido siempre en Madrid cuando se ha dado ese paso en cualquiera de sus innumerables vías cerradas al tráfico dese hace años y que hoy a nadie se le ocurriría poner en entredicho, del mismo modo que ha pasado y seguirá pasando en todas partes como sin ir más lejos en Badajoz cuando se cerró al tráfico la calle Menacho y muy por encima de sus aciertos y errores de ejecución, estamos ante un hecho que no es que resulte pretencioso en modo alguno si no que se ha hecho imprescindible en todas las grandes aglomeraciones urbanas.


De hecho en numerosas ciudades de otros países conscientes de la necesidad de erradicar la contaminación de las mismas–aunque una nueva ola negacionista parece ir tomando forma en eso que llamamos el mundo desarrollado-, hace tiempo que se viene apostando por actuaciones que tienen como fin despejar el tráfico rodado fomentando el uso del transporte público, carriles bici, etc. Para ello se toman medidas como la citada peatonalización de determinadas zonas -en especial en los centros urbanos-, el encarecimiento de los aparcamientos, la restricción del tráfico rodado según diferentes criterios, establecimientos de tasas, etc. Todas ellas encaminadas a la disuasión del uso de vehículos a motor si no es enteramente imprescindible.

La verdad que resulta reconfortante como en numerosas ciudades europeas el uso del tranvía sigue siendo generalizado, por no decir ya el multitudinario de la bicicleta o las prolíficas redes ferroviarias que acercan con fluidez las pequeñas y grandes áreas urbanas. Lo que además sigue proporcionando esa imagen de rancio abolengo a las mismas lejos de la ferocidad de ese torrente incontrolado de modernidad que ha sacudido España desde la década de los 60 y que ha hecho saltar por los aires tantos y tantos recuerdos de nuestra historia pasada.

Lo de la polémica, una vez más el malintencionado uso del marketing político al respecto –solo hay que comparar la diferencia de tratamiento que le daba a la misma noticia el ABC en 2003-, y su legión de enardecidos seguidores, ni merece la pena comentarlo y, sin duda, forma parte de otra historia.

4 comentarios:

  1. Las consecuencias para la salud de las personas es solo una razon, aunque no la única, que obliga a la peatonalización.

    Un saludo

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    1. Sí, sí que hay otros motivos Juliana. De hecho en ciudades pequeñas con bajos índices de contaminación se está haciendo y, como en Madrid, tras los inconvenientes iniciales, está siendo un éxito.

      Un saludo

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  2. Gallardón ya lo hizo una vez y no se armo tanto jaleo , pero AHORA gobierna la ciudad Ahora Madrid y CLARO todo lo que hagan esta mal , faltaría mal , Ademas Esperanza Aguirre ya no sabe que hacer ni que decir para salir en los medios , sabe que ya casi nadie la escucha . Solo es el NO y No y otra vez NO , hagan lo que hagan los " podemitas " . Es así de sencillo ; un cordial saludo

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    1. Sí, sí, es evidente. Cualquier cosa que haga Carmena en Madrid -como le ocurre a Colau en Barcelona y en todos los ayuntamientos donde no estén gobernando los partidos tradicionales, aunque con menos trascendencia nacional que los dos primeros-, será motivo de la crítica más despiadada por los de siempre. Y lo de Esperanza Aguirre, la verdad que después de un largo periodo de indignación con ella, a estas alturas no se yo si es mejor echarse a reír o echarse a llorar. Supongo que se le hace imposible de controlar su enorme ego y nadie a su alrededor se atreve a decírselo.

      Un saludo.

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